Río+20. Desafíos y perspectivas Nicole Bernex y Augusto Castro, editores © Nicole Bernex y Augusto Castro, 2015 © Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2015 Av. Universitaria 1801, Lima 32, Perú Teléfono: (51 1) 626-2650 Fax: (51 1) 626-2913 feditor@pucp.edu.pe www.fondoeditorial.pucp.edu.pe Diseño, diagramación, corrección de estilo y cuidado de la edición: Fondo Editorial PUCP Primera edición: setiembre de 2015 Tiraje: 500 ejemplares Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores. Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2015-12272 ISBN: 978-612-317-126-1 Registro del Proyecto Editorial: 31501361500583 Impreso en Tarea Asociación Gráfica Educativa Pasaje María Auxiliadora 156, Lima 5, Perú Las Amunas de Tupicocha y la construcción del territorio Andrés Alencastre1 Asociación Civil para la Gestión del Agua en Cuencas Programa Gestión Social del Agua y el Ambiente en Cuencas Introducción La primera «idea fuerza» que quiero presentar es el concepto de territorio, noción que nos remonta a pensar en la relación indesligable que existe entre la sociedad y la naturaleza. El desarrollo de la sociedad humana ha significado también la transformación de la naturaleza. Este conjunto de transformaciones recíprocas ha dado lugar a la construcción del concepto territorio. La expresión visual de estas transformaciones cons- tituye, en lo central, lo que llamamos paisaje. Por tanto, esta relación sociedad-naturaleza podrá ser sensata o insensata, en la medida en que este «diálogo» sea coloquial y recíproco, en el cual se fortalezcan/vitalicen ambas partes; o bien podrá ser tenso y de destrucción para alguna o ambas partes, como el deterioro ambiental, la contaminación, la defo- restación, etcétera. Por consiguiente, asumimos al concepto territorio como una construcción social-cultural compleja, de trasformaciones mutuas entre sociedad y naturaleza. 1 Correo del autor: arac50@yahoo.es 226 Río+20: desafíos y perspectivas La  segunda idea es reconocer que el Perú se encuentra en Amé- rica del Sur, donde, asimismo, se encuentran los Andes, una cordillera montañosa que se dirige de la Antártida al trópico, cual «columna vertebral», que dará lugar a las formaciones de la selva amazónica y, conjuntamente con la Corriente Fría Peruana, a la costa desértica. A lo largo de esta cadena montañosa se manifiestan las determinan- tes de la altitud y la latitud y gestan particularidades físicas y sociales propias, como la existencia de una heterogeneidad geográfica; diversi- dad biológica, dispersión de los espacios útiles, variabilidad climática, fragilidad de los ecosistemas y una inestabilidad geológica y, simultá- neamente, la existencia de una diversidad cultural, lingüística y étnica. Es en estas condiciones de alta diversidad y múltiple heterogeneidad que el Perú forma parte del conjunto de procesos globales como el cam- bio climático, la globalización de la economía, las reformas del Estado y el crecimiento demográfico. Estas particularidades físicas y sociales existentes en el país fue- ron, a lo largo de 10 000 años de historia prehispánica, entendidas e incorporadas en una «gran cultura andina» que actualmente muestra muchas evidencias. Las sociedades se adaptaron/adecuaron realizando transformaciones en esta enorme heterogeneidad y diversidad, lo que les permitió el desarrollo de un vasto conocimiento, de múltiples apli- caciones y respuestas, de tecnologías sociales y herramientas idóneas para cada una de las situaciones. Ya desde la época prehispánica se había entendido que no era posible hablar solamente en singular sino que todo debía ser asumido en plural: no hay un solo tipo de pampa, hay muchas pampas; no hay una ladera, hay muchas laderas; asimismo, hay muchos valles, papas, maíces, ollucos, alpacas… cada cual con sus características específicas e irrepetibles. Estas culturas se desarrollaron bajo el concepto de domestica- ción. Y  domesticación no en el sentido que ahora la entendemos, como de sometimiento (amo y domesticado), sino en el sentido de diálogo-crianza. Domesticación no es dominio, no es poder; es ahijar, 227 Las Amunas de Tupicocha y la construcción del territorio / Andrés Alencastre criar con cariño. Por tanto el agua, la tierra, los animales, las plantas, la naturaleza se crían para que nos den cobijo y sustento, y para que exista una relación de reciprocidad, de atención y transformaciones mutuas. Este es el concepto de territorio que consideramos necesario resaltar, pues está basado en el manejo de los comportamientos huma- nos en esta «columna vertebral de las montañas» a la que nos referimos anteriormente. Es en estas condiciones que tenemos que entender los procesos de cambio climático global en los que estamos inmersos, en los que el peso de la urgencia está en la adaptación y el peso de la responsabilidad está en la mitigación. Por ende, es bueno reconocer y pensar (en) qué medi- das y/o prácticas sociales existen y se están desarrollando —que están siendo marginadas u olvidadas— que permitirían mejores condiciones de adaptación a los procesos de cambio climático actualmente en curso, los cuales se están expresando en una mayor e irregular dispersión de la variabilidad climática y, también, en una impredecibilidad de los eventos extremos. Entonces, en un Perú caracterizado como un país de montañas de alta complejidad, nuestra mirada de la relación sociedad-naturaleza «debería» reconocer, marcar y orientar todas nuestras decisiones de organización de los procesos de desarrollo. Una evidencia viva y actual de todo lo señalado anteriormente lo constituyen las llamadas Amunas de San Andrés de Tupicocha, distrito y comunidad campesina de la provincia de Huarochirí que describire- mos a continuación. 228 Río+20: desafíos y perspectivas Las Amunas de Tupicocha Figura 1. Ubicación geográfica de las Amunas de Tupicocha Del centro de Lima a Tupicocha hay más o menos 78 km. Se viaja por la Carretera Central y a la altura de Cocachacra (km 50) se desvía a la derecha para pasar de la cuenca del río Rímac a la cuenca del río Lurín, en Pachacámac. Se pasa por el pueblo de Santiago de Tuna y a medio camino de la localidad de San Damián se encuentra San Andrés de Tupicocha. Unas 700 familias conforman su población, cuya dedicación principal radica en la vigencia de una agricultura mestiza que combina la tradición andina con la moderna. Fuente: Imagen satelital de Spot Image-IMP. En  Tupicocha no existen nevados de cuyos deshielos los pobladores puedan dotarse de agua. Por eso han construido un gran canal llamado de Huillcapampa, que recorre 52 km, logrado mediante acuerdos 229 Las Amunas de Tupicocha y la construcción del territorio / Andrés Alencastre tradicionales con otras comunidades, que, desde muchas décadas atrás, les sirve para traer agua. Este caudal es insuficiente; por ello deben aprovechar las lluvias estacionales para cubrir la mayor cantidad de sus necesidades y requerimientos. Es  así que, desde antiguo, estas poblaciones han mantenido una compleja tradición, que son las Amunas, como una respuesta práctica, para manejarse en la época de estiaje. La denominación de amunas, para algunos (Apaza, Arroyo & Alen- castre, 2005), proviene del término quechua amullic, que significa ‘hacer gárgaras con el agua en la boca’. Pero también tiene el significado de ‘retener el agua en la boca para soltarla de a poquitos’, como cuando los niños juegan carnavales. Al igual que muchas palabras de la lengua quechua, los contenidos de las mismas provienen más de los signifi- cados otorgados por el entendimiento general. La interpretación más extendida es que en la época de lluvias, por acción humana deliberada, se carga el acuífero de la montaña para que luego, meses más tarde, las aguas afloren en los manantiales y quebradas que se ubican en los pisos más bajos. Cada Amuna nace de una bocatoma de las quebradas ubicadas a más de 4000 msnm, que en época de lluvias se cargan torrencialmente. Esas aguas son derivadas hacia las acequias amunadoras, que las conducirán hacia lugares previamente determinados donde son esparcidas, pues se trata de lugares con mayor eficiencia de infiltración por la presencia de rocas fisuradas y/o fracturadas o depósitos aluviales. El agua se infiltra recargando artificialmente el acuífero de la montaña que, luego, a lo largo de los meses, se desplaza hasta aflorar en los manantiales y que- bradas, muchos metros más abajo, donde serán aprovechadas de modo múltiple (doméstico, riego, ganadería, artesanía, higiene, etcétera). Los pobladores de esta zona llaman levantar el agua a la faena de encau- sar las aguas de las quebradas hacia las bocatomas que dan origen a las acequias amunadoras para que el agua sea conducida a los lugares pre- determinados. A la tarea de acompañar al agua en este desplazamiento 230 Río+20: desafíos y perspectivas la denominan arrear el agua. A dicha actividad le sigue la llamada siembra del agua, que es la propia recarga del acuífero. Después de unos meses continúan con la cosecha del agua, que es el afloramiento en los manantiales o puquios y su reparto. Finalmente, llega el momento del provecho del agua, que es el uso múltiple que las familias le dan en los meses de agosto, setiembre y octubre, cuando no hay lluvias y se apres- tan a preparar los terrenos para la próxima siembra. Figura 2. Localización espacial de las Amunas de Huarochirí Las Amunas constituyen una compleja tecnología social de origen pre- hispánico, que está compuesta por una síntesis o integración de diversos planos sucesivos y articulados de obras físicas, organización jerarquizada de las parcialidades campesinas y una ritualidad reverencial de sincretismo religioso. Las Amunas son acequias que rodean a la montaña en trazos de curvas a nivel, que tienen una longitud variada de uno a cuatro kilómetros. Existen siete Amunas en Tupicocha. Fuente: Imagen en 3D de Dimas Apaza (Apaza, Arroyo & Alencastre, 2005, pp. 96-97). 231 Las Amunas de Tupicocha y la construcción del territorio / Andrés Alencastre Esta práctica social tiene una forma específica dentro de la estruc- tura de organización de la comunidad madre de Tupicocha y de las diez parcialidades que la conforman. Existe un Comité de Conservación de las Amunas, que tiene una ubicación específica conjuntamente con la Junta de Regantes. El primero para la fecha y organización de la cos- tumbre tradicional y el segundo de la conservación de la infraestructura de riego del canal de Huillcapampa y del reparto del agua. Una vez al año, en la época de lluvias, en la asamblea general de la población se decide la fecha de la Fiesta del Agua-Fiesta de las Amunas. Todas las parcialidades, debidamente organizadas, se dirigen hacia sus correspondientes Amunas y en cada una de ellas celebran un programa de actividades en que participan las autoridades comunales y los lla- mados huares (cuatro), personajes caracterizados que van acompañados de dos músicos (una corneta de cuernos ejecutada por un varón y un tamborcillo ejecutado por una mujer), que representan a las deidades del Agua y la Tierra, y que, en esa ceremonia, piden cuentas a todos los presentes sobre los aciertos y faltas en el cuidado del agua. El programa tiene un momento de protocolo comunitario, en el que se expresan las autoridades; luego continúa el momento ritual en el cual los huares interactúan con la población y sus autoridades comunales, y se culmina con la gran faena comunal, que es la limpia y mantenimiento de las Amunas desde la bocatoma hasta el final. Esta práctica dota de una renovación constante a los elementos más íntimos de su identidad y pertenencia, con lo que se constituye en una evidencia del patrimonio cultural de estos pueblos. Como puede observarse, las Amunas son una respuesta social que sigue un razonamiento multidimensional, multilineal y de complejidad en el tratamiento, conversación y diálogo en la «crianza» de los elemen- tos de la naturaleza. 232 Río+20: desafíos y perspectivas Figura 3. Esquema de influencias de las Amunas en los pisos ecológicos Las Amunas de Tupicocha manejan diversos pisos ecológicos en una sola unidad territorial. No existen «los de arriba» y «los de abajo»; se trata de un solo sujeto social que está construyendo esta relación en la montaña, en la parte alta de la cuenca. De esta forma, con las Amunas, se constata que los elementos culturales, organizativos, rituales y reverenciales son tanto más importantes que solo la parte física de la infraestructura, a la cual, si bien tiene su peso específico, se le entiende dentro de todo el com- portamiento de la sociedad de Tupicocha con la naturaleza. Fuente: dibujo de Bernardino Ojeda, 2010. En esa ceremonia hay un componente ritual, tremendamente impor- tante, porque le da contenido a la formación de una cohesión social y a la construcción del territorio como cosa viva, como expresión del diálogo. Entonces, si se suman los temas del cambio climático, creci- miento de la población, seguridad alimentaria, lucha contra la pobreza 233 Las Amunas de Tupicocha y la construcción del territorio / Andrés Alencastre y, en general, de manejo del territorio, se encuentra que las Amunas constituyen una respuesta muy bien orientada para esa totalidad. Por  consiguiente, estamos hablando de ingeniería, de agronomía, de política poblacional, de equidad, de interculturalidad, de gestión de la vulnerabilidad, de resiliencia. Las Amunas están dotando de todo esto, porque existe una decisión humana y social para el agua y el ambiente en la cuenca alta. En consecuencia, el concepto de las Amunas se amplía hacia el con- cepto de afianzamiento hídrico integral, al de gestión del conjunto del territorio de la cuenca alta, al de estructuración integrada de la «siem- bra, cosecha y provecho del agua», a una forma de Ordenamiento Territorial, a una estructura social funcional diversificada que se rela- ciona con la conservación de la cobertura vegetal, con el manejo del suelo y atención a la vulnerabilidad hídrica y a la seguridad alimentaria. Al respecto, lo que se entiende por afianzamiento hídrico integral y gestión social del agua y el ambiente en cuencas es lo siguiente: • Una estructuración integrada de la siembra, cosecha y provecho del agua (Ordenamiento Territorial, infraestructura diversifi- cada, manejo de la cobertura vegetal, manejo del suelo, atención de a la vulnerabilidad, entre otros). • Un conocimiento social de la dinámica del territorio en cuencas (información hidro-meteorológica; calidad del agua, heteroge- neidad y diversidad de usos, diálogo de saberes; la construcción de pertenencia). • Capacidades institucionales para la gestión social (cultura organizacional concertada; sinergia institucional, acción descen- tralizada). • Acuerdos sociales para la sostenibilidad de los procesos de desarrollo (planificación, gestión y evaluación participativa, ins- trumentos de gestión, construidos desde los consensos sociales). 234 Río+20: desafíos y perspectivas La naturaleza, el ciclo del agua, la dinámica de los ecosistemas, entre otros factores, nos están sugiriendo, a gritos, que las cuencas son las unidades de planificación y gestión del territorio. Muchas leyes así lo han entendido, pero aún no logran cuajar una alternativa de proce- sos sociales que las haga realidad: la Estrategia Nacional de Desarrollo Rural, la Ley de Aprovechamiento Sostenible de la Diversidad Bioló- gica, la Ley del Ambiente, la Estrategia Nacional al Cambio Climático, la Política y Estrategia Nacional de los Recursos Hídricos, los Linea- mientos de Ordenamiento Territorial, los Lineamientos para la Gestión de Riesgo y la Ley de Recursos Hídricos lo señalan de manera enfática. Sin embargo, aún no se han dado los pasos necesarios para crista- lizar este mandato que viene desde antiguo y que ahora se comienza a perfilar como una tendencia inevitable. Se continúan tomando decisio- nes de política desde el ordenamiento sectorial ministerial y desde las jurisdicciones de gobierno (regional y local). Por tanto, es necesario avanzar hacia la creación de una nueva ins- titucionalidad para la gestión del territorio desde las cuencas. Esta institucionalidad debe recoger la milenaria experiencia de saberes exis- tentes en los pueblos, como las Amunas. Es importante enfrentar a la «visión lineal, sectorial, fragmentada, dispersa e inconexa» de nuestra actual cultura organizacional, para proyectarse hacia la construcción de procesos basados en el fortalecimiento de la identidad y pertenencia territorial, de la cohesión y competitividad territorial, de la gestión con- certada basada en múltiples liderazgos; procesos que tengan un enfoque integral que considere la interdependencia y el relacionamiento entre los distintos actores que existen en la cuenca alta, media y baja, así como la articulación de gestión entre los gobiernos regionales, munici- pales y comunales. De este modo, para concretar lo dicho líneas arriba, proponemos una secuencia de decisiones de política: 1) Organizar el territorio regional por cuencas. 235 Las Amunas de Tupicocha y la construcción del territorio / Andrés Alencastre 2) Promover la asociatividad municipal e intercomunal por cuencas. 3) Suscitar la conformación de la organización y los organismos de gestión de las cuencas tributarias. 4) Impulsar la elaboración del Plan de Desarrollo de las Cuencas Tributarias y la construcción de sus instrumentos de gestión. 5) Articular la planificación regional-provincial a la de los organis- mos de gestión de cuencas tributarias para dotar de coherencia a los diversos Planes de Desarrollo Concertado —esta es una decisión vinculante—. 6) Instalar sistemas de información hidro-meteorológica y de monitoreo participativo en cuencas tributarias para utilizarlas en la toma de decisiones locales y alimentar a los sistemas de infor- mación regional y nacional. 7) Instaurar el Presupuesto Territorial por Cuencas Tributarias. Asimismo, realizar un enfoque matricial y por resultados para la gestión económica y financiera de los procesos de inversión territorial, multisectorial y público-privada. 8) Garantizar la representación territorial y de actores —desde los organismos de gestión de las cuencas tributarias— en los futuros Consejos de Gestión de Recursos Humanos de cuencas regiona- les e interregionales. En conclusión, el ejemplo de las Amunas de Tupicocha no es más que una de las muchas evidencias existentes, en las cuales se nos muestra y demuestra que desde lo local-comunal y microcuenca, por el princi- pio de la autosimilitud, es posible escalar y proyectarse hacia espacios mayores de cuenca y territorio. 236 Río+20: desafíos y perspectivas Figura 4. Danza de los huares en la ceremonia ritual de Las Amunas de Tupicocha Foto: VideoBits Producciones (2005). Referencias bibliográficas Apaza, Dimas, Roberto Arroyo & Andrés Alencastre (2005). Las Amunas de Huarochirí. Lima: Programa GSAAC-Convenio IICA-Países Bajos. https://hidraulicainca.files.wordpress.com/2011/07/libro-amunas- gsaac.pdf VideoBits Producciones (2005). Sembradores de agua [video]. Lima: VideoBits Producciones.