Hildegardo Córdova (Editor) - CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN GEOGRAFÍA APLICADA {CIGA) Primera edición, noviembre de 1997 Cubíerta: AVA diseños Cuídado de la edícíón: Miguel Angel Rodríguez Rea · Díagramacíón: Yoryina León Mejía Espacío: teoría y praxís Copyright © 1997 por Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Av. Universitaria, cuadra 18, San Miguel. Apartado 1761, Lima 100, Perú. Telefax 460-0872 Teléfs. 460-2870, 460-2291 anexós 220 - 356 Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores. Derechos reservados ISBN 9972-40-088-3 Impreso en ·e1 Perú. - Printed in Peru INCIDENCIA DEL ESPACIO NOPERUANO EN LA EXPORTACIÓN GLOBAL DEL CACAO Y LA CASCARILLA A FINES DEL SIGLO XVIII Cristina Ana Mazzeo * Entre el área de la producción y la de consumo existe un espacio significativo, estrecho e imperioso como un río, dice Braudel, 1 que está cubierto por el intercambio, es decir el comercio. En él participan tanto las personas que conectan esos dos mundos como los productos. En el últi­ mo cuarto del siglo XVIII, con la aplicación del reglamento del Libre Co­ mercio, el intercambio llegó a proporciones significativas. Para algunos historiadores el aumento fue de un 300% y el incremento en la recauda­ ción impositiva por parte de la Corona, fue de un 200%. 2 A partir de 1 784 con la implantación del régimen de las intendencias, se reactivó la explo­ tación de los recursos regionales y ciertos productos como el cacao y la cascarilla, que ocuparon un lugar destacado en el rubro de las exportacio­ nes. Por otro lado, la demanda externa reactivó el mercado regional y creó a su vez una oligarquía colonial que contribuyó a mantener el sistema. Este trabajo abarca los años comprendidos entre 1 786-1 794 que co­ rresponde al impacto más visible de la aplicación del reglamento del Libre Comercio,3 y la mayor explotación de los recursos coloniales, además del * Doctora en Historia. Profesora de la Pontificia Universidad Católica. 1 Femand Braudel, Cívílízacíón material, economía y capitalismo, siglos XV al XVII. Madrid, Alianza Editorial, 1984, t. II, p. 12. 2 John R. Físher, E comercio entre España e Hispanoamérica (1797-1820). Madrid, Banco de España, 1993. (Estudios de Historia Econórrúca Nº 27) . 3 John R. Fisher, Reforma and Insurrection in Bourbon New Granada and Pero. Baton Rouge and London, Louísiana State University Press, 1992, p. 149; "El impacto del Comercio 199 CRISTINA ANA MAZZEO oro y la plata que siguieron siendo los productos exportable por excelen­ cia. En el caso del cacao, este período se sitúa dentro del boom cacaotero. En cuanto a la cascarílla del norte, sí bien la etapa · de mayor auge se sitúa hacía 1780, luego surgieron otras zonas de exportación. En este contexto y a través del análisis de los libros de aduana del Callao, Paíta y Guayaquil, trataremos de visualizar por un lado, la participación del comercio del cacao y la cascarílla en el mercado de exportación, 4 así como también el espacio regional, sí bien sus límites geográficos fueron rebasados al incor­ porarse a uno más amplío, es decir al mercado transoceánico. En esta transferencia del espacio el comerciante cumplió un papel destacado al ser el vehículo mediante el cual se produce el intercambio. Algunas consíderacíones sobre el comercio libre En esta nueva perspectiva, la influencia del comercio libre tuvo singu­ lar importancia. La medida fue adoptada por los Borbones en el último cuarto del siglo XVIII, como medio para lograr una mayor explotación de los recursos coloniales. Pero dicho comercio siguió siendo un mercado protegido y controlado. Las constantes guerras a las que estuvo España sometida durante el siglo XVIII, le obligó a modificar su actitud debido a que corría peligro su hegemonía en el mundo mercantil, mientras que otras poteneias expansionistas ganaban terreno sobre sus posesiones. Para ello se habilitaron una serie de puertos en América y en España tendientes a hacer más dinámico el intercambio y lograr mayores beneficios por la vía fiscal. Esta medida que fue más bien una ampliación del mercado y del espacio mercantil. Esto produjo una serie de rivalidades entre los diferentes puertos, y los comerciantes se sintieron afectados en sus posibilidades de negociación. Así se quejaba el Consulado de Lima cada vez que podía, 5 no Libre en América durante el último cuatro del siglo XVIII", en El comerdo libre entre España y América Latina, 1765-1824, Madrid, Fundación Banco Exterior, 1987, p. 29; "Imperial "Free Trade" and the Hispaníc Economy, 1778-1796", 1985 ]oumal of Latín American Studíes, 13, 1, 1985, 57-82, Great Britain, p. 36. 4 Este trabajo está basado en una investigación anterior titulada: El comercio libre en el Perú. Las estrategias de un mercader en el marco del libre comercio, 1777-1815, José Antonio de Lavalle y Cortés, Conde de Premio Real, presentada como tesis en 1992 y publicada por el Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en setiembre de 1994. 5 AGI, Sec. Buenos Aíres. Las quejas por el ingreso irrestricto de mercaderías por 200 INCIDENCIA DEL ESPACIO NORPERUANO obstante, investigaciones más recientes, han demostrado que la apertura mercantil no perjudicó en tal medida al gremio comercial límeño.6 El comercio libre provocó una expansión masiva de las exportaciones, dentro de las cuales el cacao y la cascarilla alcanzaron máxima difusión. El puerto del Callao y por ende su élite mercantil siguió gozando de un comercio muy fluido. Prueba de ello es el volumen de mercaderías y de barcos que arribaban y salían de dicho puerto, por ejemplo, comparado con Buenos Aires, en 1 791 llegaron a ese puerto 16 barcos con 22 millo­ nes de reales en mercaderías y al Callao en la misma fecha lo hicieron tan solo cinco barcos pero con 80 millones de reales en mercaderías y un Buenos Aíres, datan de mucho antes del libre comercio. En 1749 el Perú expuso la necesidad de limitar el comercio desde Buenos Aíres. En 1761 hay un nuevo pedido peruano de clausura de este puerto (Segretí C.: Temas de historia colonial, Buenos Aíres. Academia Nacional de la Historia, 1987, pp. 40-45; AGN, Lima Sec. Consulado libro 43: El Diputado Mateo Cosio del Consulado de Lima en Arequipa solicitaba la intervención del virrey para reparar el daño que producían las mercaderías ingresadas por Buenos Aíres). 6 Sobre el comercio libre hay abundante bíbliograffa. Citaremos a modo de ejemplo los siguientes trabajos: El comercio libre entre España y América Latina, 1 765-1824. Madrid, Fundación Banco Exterior, España, 1987 (que incluye los siguientes artículos: Miguel Bemal, "Libre omercio (1778): Un primer ensayo de modelo general"; Pérez Herrero, "El Reglamento para el Comercio Libre de 1778 y la Nueva España: los cambios en los mecanismos de control económico utílízados por los comerciantes del Consulado de México"; Carlos Malamud, "El comercio de Buenos Aíres y sus respuestas coyunturales: el comercio de neutrales (1805)1806)"; John R. Fisher, "El impacto del comercio libre en América durante el ultimo cuarto del siglo XVIII"; contiene además varios artículos sobre análisis regionales de España. H. Bonilla, La Independencia en el Perú, 2a. ed., Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1981; H. Bonilla, Lía del Río y Pilar Ortiz de Zevallos , "El comercio libre y crisis de la economía andina: el caso del Cuzco", Histórica, Vol. 11, Nº 1, 1978, pp. 1-25; O.A. Bradíng, Mineros y comerciantes en el México borbónico, 1763-1810, México, Fondo Cultura Económica; G. Céspedes del Castíllo, Historia de España. VI. América hispánica, 1492- 1898, Madrid, Ed. Labor, 1985; "Lima Buenos Aíres, 100 de Rivalidad. Repercusiones económico-políticas de la creación del Virreinato del Río de la Plata". Anuario de Estudios Americanos, Nº 3, Sevilla, 1946; Michael P. Costeole, "Spaín -and The Latín American Wars of Independence: The Free Trade Controversy, 1810-1820", Hispanic American Historical Revíew ( 61) 12. 1981; Carlos Deustua, "El comercio en el Perú a fines del siglo XVIII", Revista Histórica, T. XXXI, 1978, pp. 109-122; García Baquero, Cádiz y el Atlántico (1717- 1778), Cádiz, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1976, 2 tomos; Marce! Haitín, Late Colonial: Economy and Society in an Era of Reforma and Revolution, Berkeley, University of California, 1983; T. Halperin, Historia de América Latina, reforma y disolución de los imperios ibéricos, 1750-1850. T. III, Madrid, Alianza Editorial. 1985. Para el estudio de un caso, véase Cristina Mazzeo, Las estrategias de un mercader, en el marco del libre comercio, ]osé Antonio de Lavalle y Cortés, 1777-1815, Tesis, PUC. 1992. 201 CRISTINA ANA MAZZEO sexto con 13 míllones. 7 No obstante, el enfrentamiento de intereses entre Lima y Buenos Aíres fue claro. Mientras que en la zona del Plata un sector se beneficiaba con las medidas adoptadas por los Barbones, los grandes comerciantes limeños buscaban formas de protegerse y adaptarse a las nuevas circunstancias. La élíte mercantíl límeña Los comerciantes, es decir las personas que conectan los dos mundos de la producción y el consumo, y que hacen posible el intercambio, han ocupado un lugar privilegiado en la sociedad americana. 8 Un viajero de la época, Camíle de Roquefeuíl, refiriéndose a Lima, decía que el afán de brillar de las mujeres y los gastos excesivos que hacían, podían tener funestas consecuencias sí las familias no hubieran encontrado en el comer­ cio una fuente de beneficio. Y agregaba: "El negocíante goza de tal repu­ tacíón que los nobles se entregan generalmente a los negocíos sín por ello creer que afecten los sentímíentos ní empañen su reputacíón ". 9 Pero que es lo que lo lleva al éxito en sus funciones . Se pregunta Braudel: ¿es· necesario atribuir a estos personajes un espíritu que sería la fuente de su superioridad cuyas características, razón, lógica, desapego, estarían al servicio de un apetito desenfrenado . de beneficios? Más que eso, se debe considerar que estos personajes están instalados en una nivel de vida social que la mayor parte de las veces tienen ante sus ojos las soluciones , los consejos , la prudencia de sus semejantes que juzgan a través de ellos. Su eficacia depende tanto de él como del punto donde se encuentran, en la orilla de los flujos esenciales del intercambio y de los centros de decisión. 10 Se los reconoce no sólo por la actividad que realizan sino por una serie de pautas que ponían en práctica en sus relaciones sociales. El patrón de comportamiento que identificaba a estos grandes comerciantes eran las relaciones matrimoniales con el fin de hacer perdu- 7 John R. Fisher (1992), op. cit., p . 150.; Marce! Haitin, Late Colonial Economy and Socíety in an Era of Reforma and Revolutíon, Berkeley, University of California, 1983, p . 38. 8 James Lockhart, El mundo hispanoperuano (1532-1560), México, Fondo de Cultura Económica, 1982, p . 101. 9 El Perú visto por viajeros, Lima, Ediciones Peisa, 1973, t. I, p . 31. (Biblioteca Peruana). 1° Fernand Braudel, op. cit., t. II , p. 345. 202 INCIDENCIA DEL ESPACIO NORPERUANO rar los beneficios alcanzados a través del tiempo, la diversificación de sus negocios ya sea en tierras o minas como una forma de protección, la concentración de importantes cantidades de capital y por ende el manejo del crédito a gran esca~a, la participación activa en el Consulado y el cumplimiento de funciones municipales y militares y, por supuesto, la riqueza. 11 El dinero para los comerciantes , es más que la capacidad de invertir, es una consideración social y como consecuencia una serie de garantías , de privilegios y protecciones. Es la posíbílídad de elegir entre los negocios y las condiciones que se ofrecen, de introducirse en los círculos reticentes, de compensar pérdidas, de obtener favores de los monarcas. El crédito es cada vez más la herramienta indispensable. Todas las jerarquías, desde el tendero al negociante o el artesano, todo el mundo vivía a base del crédito, es decir comprando y vendiendo a plazos. 12 Pero existían jerarquías que iban desde los grandes mercaderes, que se asentaban en la ciudades y formaban parte de las élites locales, hasta aquellos pequeños traficantes, vendedores ambulantes y buhoneros que recorrían las poblaciones ofreciendo variedades .de productos y constituían 11 Sobre los comerciantes hay importante bibliografía además de la ya citada, véase por ejemplo: C. Lugar, "Comerciantes", en Luisa Hoberman y Susan Socolow (compiladoras), Cíudades y sociedad en Latínoamérica coloníal, Buenos Aíres, Fondo de Cultura Económica, Argentina, 1992; Susan Socolow, The Merchans of Buenos Aíres 1778-1810. Famíly and Comerce, Cambridge, 1978; "La burguesía comercial en Buenos Aíres", en Enrique Florescano (Coordinador), Orígenes y desarrollo de la burguesía argentina, México, Ed. Nueva Imagen, 985; John R. Fisher, El régímen de Intendencias, 1784-1814, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 1984, Cap, VI, "Los intendentes y la economía"; Alberto Flores Galindo, Aristocracia y plebe, Líma 1760-1830, Lima, Mosca Azul Editores, 1984; Tulio Halperin, Revolución y guerra . Formación de una élite dírigente en la Argentína criolla, 2a. ed., México, Siglo XXI Editores, 1979 (América Nuestra); R.A. Humphreys, Tradítíon and Revolt en Latín América and other essays, New York, Columbia, Universíty Press, 1969, Cap. 7, "British Merchants and South American lndependence"; John Kícza, Empresarios coloníales. Famílías y negocios en la Cíudad de Méxíco durante los Barbones, México, Fondo de Cultura Económica, 1986; Guillermo Lohmann Villena, Los comerciantes vascos en el Vírreínato peruano, Separata, Bilbao 5 de Octubre, Cámara de Comercio, España, 1988; Scarlett O'Phelan Godoy, "Aduana, mercado interno y élite comercial en el Cuzco antes y después de la gran rebelión en 1780", Apuntes, Nº 19, 1986; María del Pilar Pérez Cantó, Líma en el síglo XVIII. Estudio socioeconómíco. Madrid, Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid, Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1987. 12 Braudel, op. cit., t. II, p. 330. 203 CRISTINA ANA MAZZEO redes comerciales que se extendían a través del Atlántico. El comerciante mayorista, dedicado al gran comercio, es decir grandes importadores­ exportadores, eran verdaderos "caballeros comercíantes", y en términos de Le Goff integraban el "patriciado" urbano. Los intercambios cercan el mundo y en cada cruce, en cada posta, el gran mercader tiene un agente. Agentes que conectaban el mercado inter­ no y externo. El gran comerciante y sus agentes forman una especie de entramado que concertan los diferentes puntos del circuito. Un gran comerciante dedicado a la exportación de estos dos produc­ tos fue José Antonio de Lavalle. Nacido en Trujillo contó con importantes colaboradores en el norte del Perú; en Piura: Cristóbal de la Cruz, Tadeo Encalada, Manuel Farfán; en Guayaquil: Manuel Llona, Gaspar de la Cruz (Contador Oficial de la Real Aduana), Melchor de Alarcón (maestre de su fragata San Felípe Nen), Jacinto Bejarano, Isidro Antonio de Icasa, Felipe Alvarado, Bernardo Roca; y en Trujillo: -Laureano de la Barrera y Alejo Martínez de Pinillo, quien fuera Regidor Perpetuo del Cabildo de dicha ciudad. 13 Estos personajes fueron de singular importancia en la comer­ cialización de dos productos fundamentales: el cacao y la cascarilla. Otros comerciantes como Lavalle que comerciaron importantes can­ tidades de cacao y cascarilla fueron: Antonio López Escudero, Jacinto Bejarano, el conde de San Isidro, los hermanos José María y Antonio de Elizalde, Jacinto de los Santos y Agüero, Raimundo Marres, Javier María de Aguirre, entre otros. La mayoría de ellos fueron priores y cónsules del Consulado de Lima en algún momento. La mayoría eran oriundos de España, exceptuando el caso de Lavalle que era criollo. Todos casaron con importantes señoras pertenecientes a distinguidas familias criollas. Tuvie­ ron una participación activa en la sociedad limeña, como integrantes del Cuerpo de Milicias, Alcaldes, Regidores Perpetuos, y también pertenecían a alguna orden militar. 13 AGN, Urna Sec. Notarios, G. Fígueroa año 1782 protocolo 455 folio 158; año 1782, 455-287; 1779, 452-949; 1784, 457-919; 1785, 458-702; 1795, 468-104; 1795, 468-644; 1799, 472-187; 1803, 244-144; 1805, 246-96. Torres Preciado 1786, 1076-1093; 1788 1080-824; Andrés Sandoval 1788, 971- 584; Santiago Marte! 1793, 686-98. 204 INCIDENCIA DEL ESPACIO NORPERUANO Los que más se aproximan a Lavalle por la magnitud de sus negocios son los hermnos Elizalde. Antonio y José Matías de Elízalde eran originarios de Pamplona, tenían una compañía de comercio con Matías Larreta. An­ tonio era Caballero de la Orden de Santiago, Cónsul del tribunal del Con­ sulado entre 1783 y 1792, Alcalde de Lima 1787 y 1788 Teniente Coronel del Regimiento de Dragones en Lima. José Matías lo fue entre 1791 y 1798. Más tarde el hijo de Antonio, Juan, será cónsul del Tribunal entre los años 1823 y 1825. Eran dueños de la fragata Asía, junto con Javier María de Aguirre. Poseían una casa de hilados y tejidos de algodón en la calle Monserrate. José Matías era cuñado del conde de Víllar de Fuentes, al casarse con su hermana Francisca González y Fuente. 14 Estos son a grandes rasgos los hombres que hacen posible el inter­ cambio. Veamos a continuación los productos que comercian. El mercado regíonal del cacao Sí bien el Perú contaba con producción de cacao en las fronteras de Húanuco, Jaén y Chachapoyas, los comerciantes peruanos exportaban mayorm-ente el cacao proveniente de Guayaquil. Este producto había que­ dado libre del pago de impuestos por una Real Cédula de 1774 y en 1778 se limitó su exportación a Nueva España de 8 a 10.000 fanegas por año, determinación que fue derogada totalmente en 1789 debido a que dícha disposición nunca se tomó en cuenta. 15 La Audiencia de Quito era considerada como una zona períf érica del Virreinato del Perú. En ella la ciudad de Guayaquil era la más importante de la zona costera de la Guayra, y su actividad fundamental era el astillero y el comercio con la zona sur de Colombia y el norte del Perú. Es decir, Guayaquil se comportaba como el nexo entre la región serrana que expor- 14 AGN, Lima, Sec. Notarios, Miguel de Arana 1804, 77: 224; 15 María Luisa Lavíana Cuetos, Guayaquil en el siglo XVIII. Recursos naturales y desarrollo económico, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevílla, 1987, p. 168. En el Cuadro XXI de la p . 186 muestra que las exportaciones a Acapulco superaban las 15.000 cargas anuales . C. Contreras, El sector exportador de una economía colonial. La Costa del Ecuador entre 1760 y 1820, Quito, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, 1990, p. 78; Carlos Marchán, "Economía y sociedad durante el XVIII", en Enrique Ayala Mora, Editor, Nueva hístoria del Ecuador, Vol. 4, Época colonial JI, Quito, Grijalbo, 1983, p. 239. 205 CRISTINA ANA MAZZEO taba tejidos quiteños y se abastecía con bienes manufacturados que venían del Callao. Es en el último cuarto del siglo XVIII que el cacao pasa a ser el principal producto de exportación, alcanzando las 2/3 partes de las exportaciones de la Audiencia de Quito entre los años 1779-1809, produ­ ciéndose una fuerte transferencia de recursos desde la sierra a la costa. 16 El auge económico de Guayaquil basado en el cacao se debió a tres factores fundamentales. Por un lado, las reformas borbónicas que elimina­ ron las restricciones del tráfico de las colonias entre sí, por otro, el aumen­ to de la demanda derivada de la recuperación demográfica y económica de los sectores principales consumidores de cacao en el mundo; y, por último ,, la reducción de impuestos aduaneros llevado a cabo por las auto­ ridades metropolitanas que fomentó la explotación. No obstante, el auge de las exportaciones del cacao se debió también a condiciones internas favorables, co.mo la fertilidad del suelo, que permitió asegurarse abundan­ tes cosechas de este cultivo debido a la gran cantidad de calor y humedad que no escasean en la provincia de la Guayra.17 La agricultura de la costa guayaquileña atravesó por dos fases a lo largo del siglo XVIII: una de despegue, que se extendió de 1700 a 1779 y otra que abarcó el primer boom cacaotero comprendido entre los años 1779 a 1820, en el que las cosechas aumentaron de 68.000 cargas a 150.000 cargas anuales. 18 El principal destino era Nueva España, que absorbía el 55% de la producción y en segundo término España con un 8,4%, el cual se reexportaba desde el Callao hacia Cádiz en su totalidad. 19 Este comercio estaba prácticamente dominado por los comerdantes limeños que mantenían el monopolio entre Cádiz , el Callao y Guayaquil, no sólo mediante aranceles favorables sino también limitando la cantidad de cacao que aceptaban enviar. Por otro lado, los comerciantes de Guayaquil care­ cían de una marina mercante eficiente para las largas travesías hacía Cádiz. 16 Hugo Arias, "La economía de la Real Audiencía de Quito y la crisis del siglo XVIII", en Nueva historia del Ecuador, Vol. 4, op. cit., p. 223 . 17 María Luisa Laviana Cuetos (1987), op. dt., pp. 167-169; C. Contreras (1990), op. dt., pp. 28, 31. 18 María Luisa Lavía~a Cuetos, op. dt., p . 182, Cuadro XX; "La produccíón del cacao tendrá un incremento del 300 por dento a partir de 177 4 en sólo 50 años, pasándose de las 50.000 cargas en 1770 a casi 200.000 hacía 1820" (p. 180). 19 C. Marchán, op. dt., p. 242 . 206 I NCIDENCIA DEL ESPACIO NORPERUANO Para evidenciar la importancia del Callao, analizaremos las cantidades lle­ gadas a dicho puert_o entre los años 1 786 y 1 79420 y cotejaremos con las exportadas en las mismas fechas hacía Cádiz. El comercio de cabotaje era llevado a cabo por pequeños y grandes barcos, desde paquebotes 'hasta fragatas e incluso balsas tripula-das por indios tributarios que llegaban a Paita con pequeñas cargas de cacao.21 En ocasiones todo este proceso llevaba dos años, por esa causa en muy fácil observar que tras un año de gran movimiento comercial le sigue otro de menor actividad. Los libros de Aduana son una rica fuente de información pero tienen algunas limitaciones. En principio, no siempre se cuenta con series completas. El comercio de Guayaquil está incluido dentro de los libros denominados "Mares del Sur" , puesto que en aquella época se consideraba así a todos los puertos del Pacífico desde Acapulco hasta Cabo de Hornos, incluso los que iban a Montevideo y Buenos Aíres. Hubo años que llegaron al Callao 80 barcos, pero para hacer este estudio sólo se han tomado los barcos provenientes de Guayaquil y Paita y la totalidad de barcos que salieron hacia Cádiz en esas fechas. El grueso del cacao venía de Guayaquil, alguna que otra carga venía de Panamá, Socomusco (Méxi­ co), y Sonsonate (El Salvador). 22 Dichas cargas por ser poco significativas no se tomaron en cuenta. Las cargas de cacao que eran destinadas a Cádiz venían libre del pago de derechos y contenían 81 libras. En ocasiones llegaban cargas de 78 libras. 20 Se han elegido estos años topes porque son los años que ha salido hacía Cádíz la fragata perteneciente a Lavalle, San Felipe Nerí alías "La Rosa". Creemos que este estudio es un importante aporte a las investigaciones sobre el comercio del cacao, pues, los libros de aduana del Callao, no se han trabajado aún en forma disgregada. 21 AGN, Lima, Sec. Aduanas 1786, 1198-135. 22 AGN, Lima, Sec. Aduanas, Paíta 1790; 1106, fragata Rosalía; 1108 La Perla Chilena; 1107, Nuestra Señora de la Concepcíón. Una información más detallada del ingreso de barcos al Callao se agrega en el Anexo l. 207 CRISTINA ANA MAZZEO INGRESOS Y EGRESOS DE CACAO AL CALLAO ENTRE 1786 Y 1994 Llegadas al Callao Salidas del Callao desde Guayaquil para Cádiz - Año Barcos Cargas x 81 Valor/carga Barcos Cargas x 81 1786 13 50.084 7 p. 7 38.940 1787 - - - 6 59.383 1788 13 16.001 2 y 3 p. 4 24.830 1789 4 12.116 3 p. 3 30.605 1790 8 8.897 3 y 5 p. 1 318 1791 - - - 7 41.482 1792 1 155 - - - 1793 11 45.843 4,5,6 p. 3 8.015 1794 9 38.790 7,8,9,12 6 47.632 Total 171,886 251.205 Fuente: Aduana del Callao. Año 1786: 759-760-761-762-763-764-765-766; año 1788: 929-930-931-932-933- 934-935-936-937-938 939-940-941-942-943-944-945; año 1789: 1009-1010-1011-1012; año 1790: 1102 1103- 1104-1105-1106-1107-1108-1109-1110; año 1791: 1204; año 1793: 1320-1321-1322-1323-1324-1325-1326- 1327-1328-1329-1330-1331-1332-1333-1334, 1335 (partidas sin liquidar en 1792; año 1794, 1391-1393-1394- 1395-1396-1397-1398-1399-1400-1401-1402-1403-1404-1405-1406-1407-1408. Salidas hacia Cádiz: Año 1786: 720-727-728-735-7 40-7 41-7 42-7 43-7 48-732-733-734; año 1787: 830-835- 838-840-845-847-848-849; año 1788: 906-907-908-909-910-913-914-915-916-918-919-920-921-922-925-926- 928; año 1789: 995-996-997-999-1000-1001-1002-1003-1004-1005-1006; año 1790: 1079-1080-1081-1082- 1083-1084; año 1791: 1176-1177-1178-1179-1180-1181-1183-1184-1189-1190-1191-1192-1193-1194-1195- 1196-1197-1198-1199-1200-1201-1202; año 1793: 1312-1214-1315-1316-1317-1318; año 1794: 1378- 1379-1380-1381-1382-1383-1384-1385-1386-1387-1389. Del cuadro antecedente vemos que el total de cargas llegadas al Callao desde Guayaquil fueron 171.886, mientras que las reexportadas alcanza­ ron a 251.205 cargas, por lo tanto, la diferencia es la siguiente: PORCENTAJE DE CARGAS INGRESADAS Y EXPORTADAS 1786-1794 Importaciones al Callao Reexportación hacia Cádiz Diferencia 171.882 cargas 251 .205 cargas 79.32 cargas 68 % 100 % 32 % Como podemos apreciar, un 68% del total del cacao exportado por el Callao, provenía de Guayaquil. De las cantidades exportadas, las transac­ ciones hecha por Lavalle alcanzaron en estos años 20.039 cargas, lo que significaba un 12% de lo ingresado desde Guayaquil y un 8% de lo expor­ tado hacía Cádiz. Los hermanos Elizalde exportaron en esos años un total 208 INCIDENCIA DEL ESPACIO NORPERUANO de 55. 189 cargas de cacao, . un 32 % de lo que ingresó y un 21 % de lo exportado a Cádíz. Una cifra muy superior a la de Lavalle. Antonio López Escudero lo hizo por 24.186 cargas; la exportación de Gregorio Argote fue de 28.738 cargas mientras que la exportación hecha a nombre de los 5 Gremios Mayores de Madrid fue de 25.445 cargas. Como vemos, muchos otros comerciantes superaron a Lavalle. 23 Las mayores transacciones de este producto fueron hechas en el año 1798, cuando Lavalle envió a su hijo en Cádiz una exportación de 12.000 cargas, y en 1803 cuando por una Real Orden se le permitió reexportar 80. 000 cargas de cacao, como pago de los 2000 negros esdavos que ingresarían a partir de esa fecha. Es decir, La valle negoció un total de 112.039 cargas exportadas entre 1786 y 1803. En cuanto al precio del cacao de Guayaquil, éste era más barato que el de Venezuela, pero esto se debía no tanto a la diferencia de calidades sino a su más bajo costo de producción, pues, pese a los elevados jornales de los peones, la fertílídad del suelo permitía un mayor rendimiento por árbol (25 cargas de 81 libras por cada 1000 árboles ó 18 fanegas vene­ zolanas), cuando el cacao de Caracas rendía unas 15 fanegas por mil árboles de promedio. Por otra parte, el transporte desde los centros de producción hasta el puerto, en el caso de Guayaquil, era más barato dado que se utilizaban balsas que aprovechaban la red fluvial del Guayas. 24 El precio al que ingresaba al Callao era muy variado. En 1786, ingresó a 7 pesos la cargas y pasó por varías oscilaciones (ver Cuadro I), las cuales pudieron deberse a las variaciones del mercado, calidad o condiciones de la oferta y la demanda. 25 Se ha estimado un precio promedio de 4 pesos la carga. Considerando que el transporte y otros gastos sumaban un 30% 23 Una información más detallada de las embarcaciones que salieron hacía Cádiz en las fechas estudiadas, así como también un listado de los principales cargadores, se encontrará en Cristina Mazzeo (1992), op. cít., Cap. III, pp. 126-131. 24 Lavíana Cuetos (1987), op. cít., pp. 172 y 173. 25 María Luisa Laviana Cuetos (1987), op. cít., p. 181 dice al respecto: "Hasta 1780 el valor mínimo que en la Aduana de Guayaquil se atribuye a una carga de cacao es de 4 pesos, valorándose en muchas ocasiones a 5 pesos. Sin embargo a partir de 1786 los precios del cacao inician una caída vertiginosa bajando en ese año a 3 y 2,5 pesos· la carga, y en 1 787 y 1 788 a sólo 12 reales. En 1 793 se sitúa entre 4 y 5 pesos y a partir de 1796 la cotización es de 6 pesos, aunque los precios más corrientes son 7 y 8 pesos y se llega 209 CRISTINA ANA MAZZEO más obtenemos un precio de 5,20 pesos la carga. 26 Este producto se vendía en la plaza de Cádíz a 23,4 pesos, 27 lo que equivale a decir que obtenían una ganancia de 4 veces y medía el valor de compra. El comercio de la cascarilla Este fue otro de los productos exportables muy importante a fines del siglo XVIII. La cascarílla era utilizada por los indígenas para curar enferme­ dades y el secreto de su uso fue revelado por el cacique Pedro Leíva a un sacerdotejesuíta en el año 1630. Este lo transmitió al corregidor de Loja y más tarde fue aplicado con mucho éxito a la Condesa de Chinchón, esposa del virrey del Perú, quien padecía de las famosas fiebres intermi­ tentes. Estas experiencias generaron una creciente demanda del producto en el comercio ínteramericano. 28 En el Perú existían cuatro tipos diferentes de cascarilla, la anaranjada, colorada, amarílla y blanca. Se la utilizaba para hacer cerveza de quina o vinagre y como agregado a la lavativas en las enfermedades agudas. 29 La calidad de las quinas era juzgada por sus características fisicas, color, sabor, quiebre, textura. Sólo los cosecheros y los botánicos tenían la oportunidad de ftjarse en la morfología de la planta, sus flores y frutos. 30 incluso a los 10 pesos por carga". José Ignacio Lequanda, Idea sucinta del comercio del Perú. Informe elevado al Virrey Gil de Taboada y Lemas, 1794. Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Seminario de Estudios Rurales, (mimeo.), estima un precio promedio de 4.46 pesos la carga proveniente de Guayaquil. 26 C. Contreras (1990), op. cit., p . 76: estima el porcentaje correspondiente al flete entre Guayaquíl-Callao-Cádiz en un 24%. 27 García Baquero (1976, t. II : 274), apunta el precio del cacao a 35,2 pesos fuertes la fanega. La fanega equivale a 55.5 Kg.; 1 libra equivale a 0,453 Kg. por lo tanto 1 fanega son 122,50 libras. Si la carga contiene 81 libras 1 fanega contenía 1 carga y medía. Una conversión más ajustada aporta Lavíana Cuetos, op. cit., p. 173: La fanega venezolana contenía 110 libras . Por otro lado, sí tomamos en cuenta la producción de cacao en cantidad de árboles, tenemos que mil árboles producían 25 cargas x 81 libras equivalentes a 18 fanegas venezolanas es decir 112.5 libras la fanega . 28 Alba Moya, B árbol de la vída, esplendor y muerte en los Andes ecuatorianos. B auge de la cascarilla en el siglo XVIII, Quito, FLACSO, 1990, p. 19. 29 Documentos editados por el Centro de Híst<;:>ria Económica de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dirigido por Pablo Macera. 30 Alba Moya (1990). op. cit., p. 31. 210 INCIDENCIA DEL ESPACIO NORPERUANO Algunos autores consideran que la de mejor calidad se encontraba en el Corregimiento de Loja, pero su agotamiento a partir de 1 770 abrió el mercado a otras zonas como Cuenca y Jaén. 31 En el año 1779, García de Cáceres, comerciante de Guayaquil elevó al Consulado un informe sobre las ventajas del estanco de la quina o cascarílla, pero el tribunal se opuso por cuanto los excesivos gastos en que incurría el proceso de extracción, secado, embolsado y traslado, que se estimaba en un 30% encarecía mucho el producto. 32 Posteriormente, aparecieron nuevas zonas de extrac­ ción como Húanuco, Tarma y Yungas de la Paz. En este ultimo lugar fue descubierta por Miguel Celis en 1782.33 La cascarilla necesitaba condiciones climáticas muy especiales, ni mucho frío ni mucho calor. Su tratamiento se llevaba a cabo mediante cinco etapas de explotación. La recolección se hacía con peones de la zona en las laderas escarpadas de las montañas difíciles de encontrar, el secamiento, la entresaca, el embalaje, que debía hacerse con mucha precaución para proteger sus propiedades. En él se utílízaban lienzos, maderas y pieles con lo cual, como dice Yves Saint Geours, todo este proceso permitió el desa­ rrollo de una economía regional. Por último, el traslado al puerto más cercano se hacía a lomo de mula.34 Lavalle comercializaba la cascarilla colorada, proveniente de Guayaquil, Paita, Cajamarca, como así también la de Huánuco y Tarma. 35 La cascarilla se vendía en cajones conteniendo 8, 9 y 10 arrobas. Casi en su totalidad era enviada a España y era almacenada en los depósitos de la Real Aduana, donde se pagaba 4 pesos por1 :lºº cajones. 36 Las 31 Ibídem, p. 25. 32 M.RR.EE. Archivo de Límites, LTC 15, 1786. 33 M.RR.EE. Archivo de Límites, LTC 15, 1786. 34 Pedro Petitjean e Yves Saint Geours: "La econorrúa de la cascarilla en el Corregimiento de Loja", Cultura, Revista del Banco Central del Ecuador, Vol. V, Nº 15, enero-abril, 1983, pp. 171-208; 195. 35 AGN, Lima, Sec. Notarios: Aízcorbe, 1782, 23-621; Torres Preciado, 1788, 1080- 824; Sgo. Martel, 1793, 686-98; G. Fígueroa, 1873 456-314. 36 En el año 1785, el Consulado se opuso al pago de dicho derecho, porque no era culpa de los comerciantes sino de la guerra, lo que atrasaba su embarque a España. LTC 13: 22 a 27. En 1789, el Consulado solicitó a la Corona que la cascarilla quedara exenta del pago de almacenamiento: Archivo de Límites LTC 17. 211 CRISTINA ANA MAZZEO cantidades que ingresaron por el norte en el quinquenio 1785/1789 dadas · por Lequanda, fueron de 790.900 libras, es decir 31.636 arrobas, un pro­ medio de 6.372 arrobas por año.37 Mientras que los libros de Aduana del Callao arrojan un promedio de 17 .000,. arrobas por año. Estas cifras se han cotejado con las cantidades de cascarilla salidas desde el puerto de Paita hacía el Callao, encontrándose algunos datos adicionales que se han in­ cluido. INGRESO Y EGRESO DE CASCARILLA AL CALLAO 1786-1794 Llegadas al Callao Salidas a Cádiz de Guayaquil y Paita del Callao Año Barcos Arrobas Precio Barcos Arrobas 1786 13 34.219 3.5 7 31 .512 17873 7.228 6 28.435 1788 13 12.596 4 24.133 1789 4 14.961 3 23.814 1790 8 11 .243 1 7.979 1791 - - 7 29.276 1792 - 1.272 - - 1793 11 32.094 3 20.287 1794 9 23.461 7 29.699 Total 137.574 191.135 Fuente: Aduana del Callao: ídem Cuadro Nº 1, y además Aduana de Paita. Año 1786: 141-142-143- 144-145; año 1787: 174-175-176-177-178-179; año 1788: 199-200-201-202-203; año 1789: 220-221- 222-223-224; año 1790: 242-243-244-245-246; año 1793: 264-265-266-267-268-269-270. El cuadro precedente nos permite vislumbrar que el porcentaje de la cascarilla procedente del norte, en la exportación global de este producto fue del 70%. El resto provenía de otras zonas. En los libros de aduana se han encontrado partidas de cascarilla provenientes de lea y Concepción, posiblemente de las Yungas de la Paz. En cuanto al precio al que llegaba al Callao en los años estudiados era de 3.5 pesos fuertes la arroba. Lavalle realizó transacciones por 6, 8 y 10 37 José Ignacio Lequanda, Idea sucinta del comercio del Perú. Informe elevado al Virrey Gil de Taboada y Lemas, 1794. Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Seminario de Estudios Rurales, (mimeo.), p. 164. 212 INCIDENCIA DEL ESPACIO NORPERUANO pesos la arroba. Los gastos de traslado se consideraban en un 30%, de esta manera tenemos un precio promedio de 7 ,81, que es el precio que da Lequanda para la cascarilla que viene del norte. En Cádiz este producto se vendía a 25 pesos fuertes la arroba.38 Por lo tanto una vez más com- . probamos que las ganancias en la comercialización de la cascarilla era del 300% sobre el valor de compra. Lavalle exportó entre 1786 y 1794, 29.297 arrobas, es decir el 15% de la exportación global y el 20. 7% de la cascarilla proveniente del rrorte. Los hermanos Elizalde son los que más se acercan a Lavalle exportando en esos años 27 .985 arrobas, es decir un 14% de la exportación global y un 20% de la proveniente del norte. Antonio López Escudero lo hizo por 5.303 arrobas; Bruno Polanco fue de 11.182 arrobas, equivalente a un 8% y 5%, respectivamente. Conclusiones Tanto el cacao como la cascarílla fueron productos básicos de las exportaciones controladas por los comerciantes limeños, que les brindaron una utilidad del 300 al 400% sobre el valor de compra. Estas ganancias sirvieron para consolidar una importante acumulación y encumbrarlos en la sociedad colonial. La élite mercantil peruana había "perdido" aparente­ mente el monopolio con la implementación del Reglamento del libre co­ mercio, sin embargo, controlaba el mercado guayaquíleño del cacao hacía Cádiz y el comercio de la cascarilla en su totalidad, fundamentalmente porque poseían el capital, los medíos de transporte, y las relaciones para la colocación de dichos productos en el mercado español. Los grandes comerciantes limeños, como José Antonio de Lavalle, los hermanos Elizalde, Vicente Corcuera, Antonio López Escudero, Raimundo Marres, conectaban el mercado regional con la élite de la metrópoli. La incidencia del espacio norperuano en el gran comercio de exportación fue de un 68% en la exportación global del cacao, desde el Callao y en un 70% en la exportación de la cascarilla proveniente de Paita. 38 Este precio dado por G. Baqtrero era obtenido según las evaluaciones de la Casa de Contratación por lo que no se trata de un precio real dino de aquellos en virtud de los cuales los productos eran tasados en la Aduana. García Baquero (1976, t. II: 119). 213 CRISTINA ANA MAZZEO El intercambio, ese juego de relaciones entre la producción y el con­ sumo, conectaba mundos distantes a través de los grandes comerciantes. De esta manera, el espacio regional del cacao y la cascarilla, lograba inser­ tarse en uno más amplío ·y denso, el interoceánico. A partir de 1 794 la exportadón del cacao y la cascarilla decae. ¿Causas? Pueden ser muchas pero una es evidente, la dinámica exportadora de estos dos productos dependía del mercado internacional. Este entra en crisis debido a la guerra entre España y Gran Bretaña. Habrá que esperar a mediados del siglo XIX para que dicho mercado se ponga nuevamente en marcha. 214