Abstract
Discurso pronunciado por el doctor Salomón Lerner Febres en la ceremonia de apertura del Año Académico 1996. Participaron, también, en este magno evento, el Eminentísimo Señor Cardenal Augusto Vargas Alzamora, Gran Canciller de la Universidad y Arzobispo de Lima y su Excelencia Monseñor Fortunato Baldelli, Nuncio Apostólico de Su Santidad.