~\tl-ll'B~.t · ~ ~ . ~ 8 Pontificia Universidad Católica del Perú 1 Fondo Editorial 2000 ~ ©Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú Av. Universitaria cuadra 18,'San Miguel, Lima-Perú Telf. 460-0872 - 460-2291 - 460-2870 anexos 220 y 356 Cuidado de la edición: Rocío Reátegui Diseño de cubierta: Gisella Scheuch La filosofía del siglo XX: balance y perspectivas Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores. Derechos resevados Impreso en el Perú - Printed in Peru Primera edición: julio del 2000 ISBN 9972-42-354-9 Depósito Legal: 1501052000-2618 El emergentismo de los procesos mentales Wilbert Tapia Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa 1 El problema mente-cuerpo o mente-cerebro es antiguo; pero en la actualidad se ha visto revitalizado por el desarrollo de las denominadas ciencias cognitivas. Por ciencias cognitivas se entiende el conjunto de disciplinas que tratan de expli­ car los procesos mentales. Entre ellas se pueden :mencionar, por supuesto la psico­ logía, y también la lingüística, la antropología, la neurociencia e incluso la infor­ mática o "ciencias de la computación". Específicamente, el progreso de la neurociencia ha permitido conocer mejor el ' funcionamiento del cerebro y, de este modo, llegar a formular mejores explic~cio­ nes sobre nuestros procesos cognoscitivos, afectivos y volitivos. Este avance ha tenido repercusiones en la filosofía de la mente, bajo el su­ puesto de que es posible localizar en nuestro cerebro los procesos mentales que nos son característicos. Se plantea entonces que ellos no serían nada más que la actividad neurofisiológica de nuestro cerebro (tesis de la identidad). Incluso se lle­ ga a sostener que se trataría de una actividad solamente físico-química. Éstas son las tesis reduccionistas que van a ser materia de análisis y cuestionamiento en la sección siguiente. El emergentismo, por su parte, propone la aparición de nuevas propiedades que no están presentes en los componentes individuales del cerebro. En la presente po­ nencia se analizará esta propuesta distinguiéndola de sus conceptos tradicionales y . se la propondrá como la forma más adecuada de explicar los procesos mentales. Se advierte la utilización de la expresión "procesos mentales" en lugar de la expresión "mente" debido a que la utilización de esta última sugiere la idea de una unidad de conciencia, de un sistema integrado y unitario que da lugar a un proceso cognitivo unificado. Las investigaciones actuales muestran, sin embargo, que el cerebro está organizado de tal modo que dispone de módulos de procesa­ miento relativamente independieptes que se extienden en todo el sistema cerebral. Como dice Gazzaniga, "lo que parece constituir la unidad pe; sonal de conciencia es el producto de un enorme conjunto de sistemas mentales distintos y relativa­ mente independientes, que constantemente procesan información procedente tanto del ambiente interno como del externo"1 . De este modo, se entiende la mente no 1 Gazzaniga, Michael, El cerebro social, Madrid: Alianza Editorial, 1985, p. 48. El emergentismo de los procesos mentales como algo individual sino como el conjunto de los procesos mentales (sensaciones, percepciones, recuerdos, imágenes mentales, sentimientos, deseos , creencias, etc.). Con esta aclaración procederé a desarrollar el tema. II La tesis de la identidad constituye la expresión principaJ del reduccionismo. Agrupa una serie de denominaciones que es importante conocer, ellas son: teoría de la identidad mente-cuerpo, teoría de la identidad mente-cerebro, teoría de la identidad psicofísica, teoría materialista de la identidad, teoría de la identidad de · la mente, materialismo de estado (del sistema nervioso) central, materialismo reductivo, fisicalismo de tipo, materialismo, fisicalismo o teoría de la identidad. Esta posición sostiene que los fenómenos mentales son (numéricamente idén­ ticos) estados físicos (estados cerebrales) y, a fortiori, que la mente es (numérica­ mente) idéntica al cerebro. O, de manera más sencilla, que los procesos mentales son procesos cerebrales. Se considera como representantes de esta posición a V.T. Place, J.J.C. Smart, H. Feigl. Sus postulados básicos son los siguientes2 : a) Los fe­ nómenos mentales son fenómenos internos de los seres humanos . b) Los fenóme- . nos mentales son idénticos a estados neurológicos del sistema nervioso central. c) Los enunciados que aseveran la identidad de los fenómenos mentales son esta­ dos neurológicos; por tanto, expresan verdades contingentes. d) Al ser contingentes, es posible que las teorías neurofisiológi_cas cambien y que se demuestre que .la teo­ ría. de la identidad sea científicamente inviable; por ejemplo, si se llegan a conocer fenómenos mentales que no corresponden a estados neurofis_iológicos y viceversa. e) No es una tesis acerca del significado de los términos mentales. f) Los fenómenos mentales están causalmente ligados entre sí y con situaciones estímulo del medio ambiente. g) Existe la posibilidad de reducir la psicología a la neurofisiología. h) Su­ pone la esperanza razonable de que algún día la ciencia llegará a explicar la con­ ducta de los seres humanos en base a mecanismos físico-químicos. Otra variante del reduccionismo es el llamado eliminatiuismo que adopta un enfoque fisicalista en el qµe los conceptos y las leyes de la física son suficientes para comprender todos los fenómenos de la naturaleza, desde la estructura mate­ rial hasta los estados mentales. El eliminativismo excluye de modo radical toda alusión a un lenguaje con contenido psicológico. Uno de sus más famosos represen­ tantes es Paul Churchland, quien señala: "El materialismo eliminativo es la tesis de que nuestra concepción de sentido común acerca de los fenómenos psicológicos constituye una teoría radicalmente falsa, una teoría tan fundamentalmente defec­ tuosa que tanto los principios como la ontología de esa teoría serán eventualmente reemplazados, en lugar de reducidos, por una neurociencia completa."3 En cualquier caso, estas tesis reduccionistas coinciden en señalar que un sis­ tema no puede tener otras propiedades que las de sus ·elementos constitutivos. Planteamientos de este tipo llegan a sugerir, quizá de manera muy precipitada, que la ciencia social se puede reducir a la biología, la biología a la química y ésta a la física. 2 Rabossi, Eduardo, "La tesis de la identidad mente-cuerpo", en: Broncano, Fernando (ed.), La mente humana, Madrid: Trotta, 1995, pp. 22-23. 3 Toribio Mateas, Josefa, "Eliminativismo y el futuro de la psicología popular", en: Broncano, Fernando (ed.), o.e., pp. 246-247. Wilbert Tapia III No se admite el reduccionismo analizado anteriormente, que sostiene que un sistema no puede tener otras propiedades que las de sus elementos constitutivos. El análisis de un sistema en sus componentes, si bien es necesario, nunca es sufi­ ciente para comprender un sistema. Es preciso también indagar en el medio, así como en las interacciones entre los componentes del sistema y entre éstos y los elementos del medio. Además, desde un punto de vista más general, un reduccionismo de ese tipo no puede explicar la variedad de cualidades existentes en la realidad. El término "emergencia" se empezó a utilizar en la teoría de la evolución para denotar el surgimiento de un sistema que no puede predecirse o explicarse por las condiciones o eventos anteriores. Este concepto de emergencia se ha adoptado en diferentes modelos, que van desde las máquinas, hasta conjunto de c_élulas, grupos de insectos, etc. El emergentismo que se plantea aquí concuerda con la tesis de la identidad en el sentido de que los procesos mentales corresponden a procesos neurofi­ siológicos, pero con la diferencia de que éstos en su actividad originan propiedades nuevas que no están presentes en sus componentes4 • O también que las funciones mentales son propiedades emergentes del ·sistema nervíoso5 • La primera parte de lo señalado se demuestra por muchos experimentos re­ cientes en los que se establece la estrecha relación existente ·entre el cerebro y los procesos conscientes, con ello se puede afirmar que a todo estado o proceso mental le ha de corresponder un estado cerebral. Basta solamente re.cordar aquí lo que se puede hacer con la estimulación eléctrica, la localización de funciones en el cere­ bro, la modificación de estados psíquicos a través de sustancias químicas o lo que se puede observar a través de la llamada imaginería cerebral (electroencefalogra­ ma, resonancia magnética rápida, tomografía axial computarizada, etc.). En cuanto a la segunda parte, coincidimos con Bunge cuando señala que las propiedades mentales de un SNC no las poseen sus componentes celulares, sino que son propiedades sistémicas que, además, no son resultantes6 . Así como la den­ sidad, la viscosidad, la transparencia, la conductividad son propiedades molares de un cuerpo líquido, que los átomos o moléculas que lo componen no poseen; así también capacidades como recordar, aprender, percibir o pensar son propiedades de sistemas compuestos de muchas neuronas, no de neu'ronas simples. O, con otro ejemplo, el movimiento de un carro no es una propiedad del carburador, aunque éste sea un componente esencial del motor sin el cual no hay movimiento; enten­ der el funcionamiento del carburador es esencial, pero no suficiente para entender cómo se mueve el coche. Más allá de estas representaciones gráficas, los estudios del cerebro ratifican esta posición. Por ejemplo, en lo que se refiere a la visión, se ha llegado a estable- 4 Bunge, Mario/Ardila, Rubén, Filosofía de la psicología, Barcelona: Ariel, 1988, p. 363. Bunge · prefiere llamar a esta posición "reduccionismo emergentista". 5 Álvarez Leefmans, Francisco, "La emergencia de la conciencia", en: De la Fuente, Ramón (ed.), Biología de la mente, México: Fondo de Cultura Económica, 1988, p . 68. 6 Citado por Nicanor Ursua, Cerebro y conocimiento: un enfoque evolucionista, Barcelona: Anthropos, 1993, p. 250. El emergentismo de los procesos mentales cer que la información visual primaria que llega al cerebro desde una superficie sensorial como la retina se proyecta sobre diferentes zonas del cerebro, las que en conjunto procesan la información, generándose de este modo la actividad visual. Ursua lo ha señalado del siguiente modo: "Una sola célula nerviosa ni siente, ni piensa, ni ve, ni desea, pero si 1010 células nerviosas acopladas con una alta or­ ganización cooperan, entonces pueden producir lo sorprendentemente nuevo, lo psíquico."7 Se puede considerar, entonces, la actividad mental comq la actividad funcional de las redes neuronales que adquiere su significado a través de la forma en que los circuitos cerebrales se relacionan e interactúan. La excitabilidad neuronal es un estado particular, los impulsos nerviosos que resultan de esta excitabilidad son un evento dinámico que, al trasladarse en el es­ pacio y en un tiempo determinado y sumarse a otros eventos en las sinapsis, cons­ tituyen un proceso: la transmisión de información y esta transmisión de informa­ ción constituye una propiedad resultante de los circuitos neuronales. Cuando el sistema se hace más complejo, cuando los procesos se organizan en vastas regiones cerebrales que interactúan entre sí, la pr.opiedad que se alcanza, sin estar desligada en ningún momento de la organización de la materia, es emer­ gente, es decir, no se encuentra como propiedad de los elementos aislados del sis­ tema. Hasta aquí se ha visto el aspecto estructural de la emergencia. Pero en ella también se encuentra un aspecto dinámico que hace referencia a las propiedades que aparecen en ciertas circunstancias de la historia de las cosas, por ejemplo, como resultado de reacciones químicas o interacciones sociales. Así, las capacida­ des conductuales y mentales emergen en el curso del desarrollo del animal indivi­ dual o en la evolución de la biopoblación. Bunge expresa ambos aspectos de la emergencia señalando que "no sólo toda conducta compleja está controlada por sistemas multineuronales y todos los· acon­ tecimientos mentales son cambios en los acoplamientos que mantienen unidos ta­ les sistemas, sino que también la conducta y la mente son resultados de la evolu­ ción (en el caso de la población) o del desarrollo (en el caso de individuos)"8 . De acuerdo a ló expuesto, los postulados del emergentismo serían los si­ guientes: a) Los fenómenos mentales son fenómenos internos de los seres huma­ nos. b) Los fenómenos mentales son propiedades que corresponden a la actividad de los estados neurológicos del sistema nervioso central. c) Los enunciados que es­ tablecen la emergencia de los fenómenos mentales son estados con fundamento neurológico, por tanto, expresan verdades contingentes. d) Al ser contingentes es posible que las teorías neurofisiológicas cambien, y también los enunciados indica­ dos en el anterior punto. e) No es una tesis acerca del significado de los términos mentales. f) Los fenómenos mentales están causalmente ligados entre sí y con si­ tuaciones estímulo del medio ambiente. g) Es poco probable reducir la psicología a la neurofisiología. A fin de evitar confusiones, debe aclararse que el emergentismo que aquí se adopta se circunscribe a lo anteriormente señalado. Sin embargo, hay que deslin- 7 Ursua, Nicanor, o. c. , pp. 250-251. 8 Bunge, Mario/Ardila, Rubén, o.e., p. 363. Wilbert Tapia darlo de otras posiciones que, aunque utilizan el mismo término, tienen otras con­ notaciones . A.sí, algunos consideran que la emergencia se refiere al surgimiento de propiedades que no pueden predecirse o entenderse a partir del conocimiento de las partes que componen el sistema. Recoge el aspecto negativo que tiene el con­ cepto · de emergencia. Pero esto sería solamente colocar un nombre a algo que es desconocido por el momento y no aportaría nada positivo en la solución del proble­ ma. Si se adoptara este enfoque no habría necesidad de estudiar el cerebro para en­ tender la conciencia, ya que no serviría de nada para desentrañar su naturaleza. Otro sentido del término emergentismo es el considerar que los procesos men­ tales son "producto" del cerebro, este tipo de tesis ha sido planteada, entre otros, por Sperry. Esto se acercaría a la posición epifenomenalista que contempo­ ráneamente ha sido cuestionada por Paul Churchland quien manifiesta lo siguien­ te: decir que el cerebro causa la conciencia es equivalente a decir que la vibración molecular causa calor, siendo que el calor es vibración molecular. De acuerdo a lo· expuesto, se considera entonces que el emergentismo consti­ tuye una alternativa viable para entender los procesos mentales y una perspectiva de solución al problema mente-cerebro.