FÉLIX DENEGRI LUNA HO,\IEXAJE A FELIX DESEGRI LL',\A Copyright © 2000 Fondo Editorial de Ja Pontificia Universidad Católica del Perú Av. Universitaria, cuadra 18, San :Miguel Telefax: 460-0872 Teléfonos: 460-2870, 460-2291 anexos 220 y 356 E-mail: feditor@pucp.edu.pe Derechos reservados, prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores. Primera edición: diciembre del 2000 500 ejemplares Impreso en Perú - Printed in Peru Hecho el Depósito Legal , Registro Nº 1501222000-4715 Obra completa: ISBN 972-42-376-X Cubierta: Diseño y diagra1nación: Impresión: Gisella Scbench Siklos S.R.Ltda. Homenaje a Félix Denegri Luna 1. Su calidad humana SEVERO APARICIO QUISPE, o. DE M. Obispo auxiliar emérito del Cusco Presidente de la Academia Peruana de Historia Eclesiástica Ente los historiadores peruanos de los últimos tiempos se destaca con perfil propio Félix Denegrí Luna, limeño de nacimiento, abogado de profesión y con­ sagrado con amorosa dedicación al estudio de la historia patria. Por mi prolongada permanencia en el extranjero, conocí tarde a este histo­ riador de excelsas cualidades humanas y cívicas. Desde que nos conocimos se entabló entre él y el suscrito noble y entrañable amistad. Quienes le conocieron de más cerca y por más tiempo que yo, podrán ocuparse de Félix Denegrí con más autoridad de su ejemplar trayectoria humana y de su generosa contribución a la cultura nacional. Con todo, en esta ocasión quiero expresar el testimonio de mi admiración a las altas cualidades humanas de don Félix, hombre afectuoso, acogedor, caballero a carta cabal y amigo de sus amigos. A vece~ nos toca valorar a las personas cuando ya no están entre nosotros. Denegrí supo manifestar su amor al Perú y a su cultura de un modo singular: formando, con amoroso entusiasmo y paciencia, su biblioteca especializada so­ bre la historia del Perú, convirtiéndola en rica memoria escrita de nuestro pasa­ do. Tarea que entendió y se impuso como un modo de servir a la causa de la cultura, caso raro en un medio egoísta y calculador como el nuestro. Corno es de dominio público, su rica biblioteca particular la puso, generosa­ mente, al servicio de cuantos se interesaban por estudiar el pasado del Perú, fuesen ellos nacionales o extranjeros. Así, con su biblioteca Denegri se convirtió en punto de referencia obligada para los estudios sobre el Perú. El solícito anfitrión sabía tratar con exquisita cordialidad a quienes iban a visitarle en busca de orientación sobre asuntos de historia o de datos bibliográficos. Sabido es que recibió propuestas tentadoras de adquisición de su valiosa biblioteca para llevársela al extranjero. Pero el dueño, en gesto patriótico y ejem- SEVERO APARICIO QUISPE, o. D E M. plar, respondió que sus libros no saldrían del Perú. Sabemos también por el mismo don Félix que su biblioteca fue donada a la Pontificia Universidad Cató­ lica de Lima, en cuyas buenas manos estará al servicio de la cultura como lo estuvo en los días de su dueño y creador. 2. Félix Denegri y el Cusco En esta ocasión es oportuno destacar el especial interés y admiración que Félix Denegri tenía hacia la Ciudad Imperial. En una de sus tantas referencias al Cus­ co decía: «las maravillas de esta tierra, verdadera entraña de nuestra patria». Podríamos señalar en él tres matices en su actitud respecto al Cusco: su admira­ ción a la grandeza pretérita de la Metrópoli Inca; su intento de interpretar su mensaje permanente de cara al futuro; y, como consecuencia de ello, su sincera amistad y vinculación con personajes e intelectuales de esta Capital Histórica del Perú. Aparte de sus muchos artículos, separatas y prólogos relativos al Cusco, cabe mencionar dos importantes publicaciones hechas con la decisiva y valiosa parti­ cipación suya. Me refiero al Diario del Viqje del Presidente Orbegoso al Sur del Perú del presbítero José María Blanco, con edición, prólogo y notas de Félix Denegri Luna, publicado en dos tomos el año 1974 por el Instituto Riva-Agüero de la Universidad Católica de Lima. El volumen II, entero, contiene las notas del editor para el texto del Diario del cura Blanco, notas que ofrecen tal cantidad de qatos eruditos sobre nombres, fechas, hechos y lugares mencionados en el Diario, que hacen del volumen una fuente imprescindible para la historia de la época. En el prólogo del Diario manifestó Denegrí sobre los escritos de Esquivel y Navia este anhelo: «para el bien de la historia peruana se hace imprescindible una edición decorosa de las Noticias Cronológjcas de la Gran Ciudad del Cusco». Por fortuna, al cabo de seis años, el mismo don Félix tuvo la satisfacción de entregar la «edición decorosa» que él pidiera, con prólogo y notas de Félix Denegrí Luna, y con la colaboración de Horado Villanueva U rteaga y César Gutiérrez Muñoz. Fue una publicación financiada por la Fundación Augusto N. Wiese y el Banco Wiese Ltdo. e incluida en la Biblioteca Peruana de Cultura que dicha institución patrocina (tomos I y II, Lima, 1980). En el magistral prólogo y en las acuciosas notas se aprecia no solo la simpatía del autor hacia el Cusco sino también su peculiar erudición sobre temas de historia peruana. Se ocupa del Cusco en los siglos XVI, XVII y XVIII, de los Esquive! del Cusco y de los cuzqueños en el proceso de formación del nacionalismo peruano; demuestra que el canónigo Diego de Esquivel y Navia es el autor de las Noticias Cronológicas del Cusco, e informa de cómo se preparó la edición de esta magnífica obra. 47 TESTIMOf>; IOS Una vez culminado el proyecto, Denegrí pudo escribir: «Con verdadera sa­ tisfacción entregamos esta edición de la más completa crónica del Cusco virrei­ nal, cuya categoría hasta hoy no ha sido superada. Creemos que en estas páginas se plasma un aporte básico para el mejor y más profundo conocimiento de la Ciudad Imperial y del Perú». 3. Félix Denegri y la Academia Peruana de Historia Eclesiástica Cuando en 1986 un grupo de historiadores, entre eclesiásticos y laicos, bajo la iniciativa del autor de estas líneas, decidimos fundar el Instituto Peruano de Historia Eclesiástica con la finalidad de promover los estudios sobre la historia de la Iglesia en el Perú, desde el primer momento nos acompañó Félix Denegrí Luna, por entonces presidente de la Academia Nacional de Historia. Su expe­ riencia de avezado historiador y su simpatía hacia nuestros planes fueron facto­ res favorables en la realización de este proyecto cultural. Estuvo presente como miembro fundador, junto con otros destacados historiadores, en la redacción de los estatutos y luego en la instalación pública del Instituto Peruano de Histo­ ria Eclesiástica, en acto solemne que tuvo lugar el 3 de octubre de 1986, en el salón del Arzobispado del Cusco. Ocasión en la cual le correspondió al doctor Félix Denegrí Luna, en su calidad de presidente de la Academia Nacional de Historia, declarar por instalado oficialmente el Instituto Peruano de Historia Eclesiástica, entidad que desde el 3 de octubre de 1996 tiene la categoría de Academia Peruana de Historia Eclesiástica. En la Revista Peruana de Historia Eclesiástica, vocero de nuestra institución, publicó el doctor Denegrí dos interesantes artículos: uno, en el número 1, sobre el Seminario de San Carlos y San Marce/o de Tn!}illo; y otro, en el número 4, sobre Frqy Víctor M. Barriga, mercedario (1891-1955). La muerte le llamó cuando, desocupado ya de las obligaciones de su estudio jurídico, se aprestaba a cristalizar antiguos proyectos sobre temas de historia. Descanse en paz Félix Denegrí Luna, peruano ejemplar, maestro erudito y solícito servidor de la cultura nacional. 48