ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN CON SERES HUMANOS 3 BENEFICENCIA Y NO MALEFICENCIA VICERRECTORADO DE COMITÉ DE ÉTICA OFICINA DE ÉTICA INVESTIGACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN E INTEGRIDAD CIENTÍFICA ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN CON SERES HUMANOS 3 BENEFICENCIA Y NO MALEFICENCIA VICERRECTORADO DE COMITÉ DE ÉTICA OFICINA DE ÉTICA INVESTIGACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN E INTEGRIDAD CIENTÍFICA Serie Ética de la investigación con seres humanos Módulo 3: Beneficencia y no maleficencia © Pontificia Universidad Católica del Perú, Vicerrectorado de Investigación, Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica, 2017 Av. Universitaria 1801, Lima 32, Perú Teléfono: 626-2000 Correo: oetiic.capacitaciones@pucp.edu.pe Web: http://investigacion.pucp.edu.pe/unidad/oficina-de-etica-de-la-investigacion-e-integridad-cientifica-oeii/ Documento elaborado por Armando Millán Falconí Colaboradores: Gisela Isabel Fernández Rivas Plata Diseño editorial: Luis Naters L. Corrección de estilo: Púrpura. Apoyo editorial Derechos reservados. El contenido de este trabajo puede ser libremente reproducido, traducido o distribuido siempre que se dé la atribución a los correspondientes autores y a la Pontificia Universidad Católica del Perú. ISBN: 978-612-47448-7-7 URL: http://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/71381 Primera edición digital: setiembre de 2017 MÓDULO 3. BENEFICENCIA Y NO MALEFICENCIA 3.1. Definición y explicación Del principio 9 3.1.1. No maleficencia 9 3.1.2. Beneficencia 11 3.1.3. Evaluación de riesgos y beneficios 13 3.2. implicancias De los principios De beneficencia y De no maleficencia, y sus aplicaciones prácticas en una investigación 16 3.2.1. ¿En qué consiste asumir “riesgos” en una investigación con seres humanos? ¿Qué es lo que esto implica? 16 3.2.2. ¿Los riesgos que se deben considerar corresponden únicamente a los del sujeto de estudio o se debería incluir también a aquellos que pueden afectar a comunidades o colectividades? 17 3.2.3. ¿Qué consideraciones se deben tener en cuenta cuando se desarrollan investigaciones en comunidades o poblaciones de muy bajos recursos? 17 3.2.4. ¿Una investigación en la que participan menores requiere de consideraciones especiales? 19 3.2.5. ¿Es correcto recurrir a la mentira para poder realizar una investigación académica? 20 3.3. anexos 23 3.4. bibliografía 25 Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica Este módulo tiene como finalidad revisar un principio complejo de la ética de la investigación: el principio de beneficencia y no maleficencia. En el desarrollo de este módulo, comprenderemos las diferencias entre abstenerse de hacer daño y actuar en beneficio de otros. Asimismo, revisaremos la necesidad de hacer una evaluación entre riesgos y beneficios. Finalmente, exploraremos diversos contextos o situaciones que obligan a los investigadores que trabajan con seres humanos a estar alertas a la aplicación de este principio. CASO PRÁCTICO 3 En el año 2001, un profesor de la Universidad de Columbia envió cartas membretadas a 240 restaurantes de la ciudad de Nueva York, como parte de una investigación para conocer la manera en que estos negocios hacen frente a las quejas de sus clientes. La carta afirmaba que el propio académico y su esposa se habían intoxicado después de consumir comida en el local, lo que les había producido malestares estomacales y vómi- tos. El caso se volvía más dramático aun, pues el docente afirmaba que habían acudido allí con motivo de su aniversario de bodas. Todo, por supuesto, era falso. El documento señalaba que el supuesto afectado no realizaría quejas ni cargos con el Departamento de Salud, pero que sí esperaba que los dueños del restaurante se pusieran en el lugar de los comensales y que le proporcionaran una respuesta de su parte.1 7 La reacción a la carta ficticia fue completamente sorpresiva para los encargados del estudio: se desató un caos en la comunidad culinaria de la ciudad. Numerosos chefs, ge- rentes y dueños de restaurantes se vieron obligados a revisar sus productos, los proce- dimientos en el manejo de los alimentos, así como a reconstruir cómo y en qué momento había ocurrido tan desagradable situación narrada por el académico. El alboroto revela que una aparente estrategia ingeniosa de investigación puede tener consecuencias no estimadas al inicio. ¿Puede un diseño de investigación —que conduce a los sujetos a asumir como reales un conjunto de acontecimientos ficticios— ser válido en términos éticos? ¿Es lícito obtener conocimiento a partir de mentiras? ¿Por qué la situación descrita podría ser observada y cuestionada desde una perspectiva ética? 1 Véase Robbins y Judge (2009: 663). Módulo 3: Beneficencia y no maleficencia “Antes que nada, no hagas daño”. Uno de los apar- mismo grado de alerta que el que se suscita en la tados fundamentales del juramento hipocrático relación médico-paciente. El investigador principal que se utilizaba en la Grecia clásica para asegurarse o los investigadores que dirigen un estudio suelen de que los médicos se comportaran correctamente encontrarse en una posición de poder que resulta con sus pacientes hacía explícito que el especialista inevitable: son ellos los que han diseñado la pruebas debía aplicar sus tratamientos “en beneficio de los o entrevistas a las que serán sometidos los sujetos enfermos” y que se abstendría de “hacerles daño de estudio; son ellos quienes conocen a cabalidad o injusticias”. Así, desde el tiempo de los griegos, el sentido último de la investigación; y son también resultaba evidente que la medicina constituía un los que indicarán durante cuánto tiempo se desa- oficio delicado y proclive a la comisión de poten- rrollará el estudio, entre otros. Los sujetos, de este ciales arbitrariedades con los pacientes.2 Cierta- modo, se encuentran en una condición de vulne- mente, los médicos tienen acceso casi ilimitado a rabilidad potencial que puede convertirse en una los cuerpos de mujeres y varones, niños y adultos, afectación o daño real. Por ello, cualquier espe- con una autoridad real sobre las decisiones de sus cialista o, incluso, estudiante que dirija una inves- eventuales pacientes. Resulta natural que la sim- tigación deberá incorporar dentro de sus pautas de ple confianza o fe en el buen comportamiento del actuación las mismas condiciones generales que se médico en su función no baste para asegurar el les exige a los médicos desde los tiempos de Hipó- bienestar permanente de sus clientes. crates:3 actuar en beneficio de los sujetos de inves- Del mismo modo, para el caso de los individuos que tigación y abstenerse de generarles daño, es decir, forman parte de una investigación en la que ellos tener en cuenta el principio de beneficencia y el serán sujetos de estudio, se debería despertar el principio de no maleficencia. 8 2 El segundo apartado del juramento hipocrático original dice textualmente lo siguiente: “Aplicaré mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie le sugeriré que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo” (Universidad de Navarra 2002: 1). Una versión más moderna del juramento, promovido y revisado por la Asociación Médica Mundial entre 1948 y 2006, expresa también los principios de beneficencia y de no maleficencia, pero en un lenguaje más coherente con un enfoque de derechos: “En el momento de ser admitido como miembro de la profesión médica: Prometo solemnemente consagrar mi vida al servi- cio de la humanidad. […] Velar, ante todo, por la salud de mi paciente […] Velar con el máximo respeto por la vida humana. No emplear mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y las libertades ciudadanas, incluso bajo amenaza. Hago estas promesas solemne y libremente, bajo mi palabra de honor” (Asociación Médica Mundial 2006). Ambos juramentos, en su versión clásica o en la contemporánea, pueden ser revisados de manera completa en el Anexo 1. 3 Hipócrates, médico oriundo de Cos —una pequeña isla en el mar Egeo—, vivió alrededor del siglo V a. C. y fue el representante más importante de la medicina griega sustentada en la physis o ciencia de la naturaleza, la cual permitió abandonar la antigua medicina basada en principios empírico-mágicos en la atención de los pacientes. Con Hipócrates y el grupo numeroso de médicos que com- partieron su misma perspectiva, la medicina se transformó de una práctica básicamente mágica a una técnica que debe seguir ciertos protocolos y procedimientos racionales para mejorar la salud de los enfermos. Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica 3.1. Definición y explicación Del principio El contenido que desarrollaremos en este módulo gación de la Pontificia Universidad Católica del Perú. tal vez resulte el más complejo de todos los que En efecto, en el acápite 10.2., se señala, respecto del estamos analizando. Ello se debe a que, para enten- Principio de Beneficencia y No Maleficencia: derlo a cabalidad, debemos desagregarlo en sus tres Es deber del investigador asegurar el aspectos básicos: bienestar de las personas que partici- pan en las investigaciones. El investiga- 1. Evitar el daño que podría generarse en los seres dor debe asegurarse de que su conducta humanos como consecuencia del estudio, o la no no cause daño a los investigados ni a los maleficencia. investigadores o a terceros. Asimismo, 2. Asegurar y contribuir con el bienestar de los el investigador debe esforzarse por dis- sujetos, o la beneficencia. minuir o compensar los posibles efectos 3. Encontrar una “fórmula” adecuada que permita adversos y por maximizar los beneficios maximizar los beneficios y minimizar los efectos de la investigación. (PUCP 2016: 6) perjudiciales que puedan existir en una investigación. A continuación, se abordarán cada uno de estos ele- Estos tres aspectos se hacen explícitos con claridad mentos por separado y, finalmente, veremos cómo en el Reglamento del Comité de Ética de la Investi- se relacionan entre sí. 3.1.1. No maleficencia 9 La no maleficencia consiste en no hacer ni generar daño Algunas de las definiciones de la palabra de manera intencionada ni a los sujetos e investigadores daño son tan amplias que incluyen aquellos que forman parte del estudio ni a terceros que puedan actos que obstaculizan o alteran la reputa- verse afectados indirectamente. El concepto de “daño”, ción, la propiedad, la intimidad o la libertad. sin embargo, es multivalente. Puede entenderse el Permiten distinguir entre los daños triviales “daño” como un abuso físico a alguno de los participan- y los importantes en función de la magni- tes de un estudio; también, como un agravio severo a tud de los intereses afectados. Otras defi- los derechos de una persona, como ocurre, por ejemplo, niciones más concisas consideran que solo en la comisión de la mayoría de delitos.4 Sin embargo, el se causa daño cuando se obstaculizan o “daño” también puede ser entendido como tratar injus- alteran los intereses físicos o psicológicos. tamente a alguien o simplemente obstaculizar, dificultar (Beauchamp y Childress 1999: 182) o impedir que se satisfagan los intereses de otra persona: 4 Aunque la regulación del derecho penal no alude de manera directa a derechos, sino que utiliza el término “bienes jurídicos penalmente protegidos”, suele suceder que, detrás de estos bienes jurídicos, se encuentra un derecho fundamental: bien jurí- dico vida, derecho a la vida; bien jurídico salud, derecho a la salud. Módulo 3: Beneficencia y no maleficencia Sea cual fuere la definición de “daño” por la cual se válido. La única referencia serían los deseos de la per- opte, nos encontramos frente a un principio que nos sona que está tomando las decisiones. La ética, por el invita a actuar con “pies de plomo”; es decir, nos contrario, consiste en evaluar permanentemente las advierte que, como investigadores, debemos tener acciones propias que son producto de ejercer nuestra un permanente cuidado con las acciones que ejecu- libertad. Sin embargo, ser libre no implica que cada tamos y con sus consecuencias. Se traduce en una cual pueda hacer lo que quiera. La libertad permite la actitud de alerta constante y atención permanente, elección de las acciones que consideramos adecua- midiendo siempre lo que estamos haciendo de tal das para nuestro proyecto de vida, pero dentro de un manera que no resulte perjudicial hacia otros. Este límite o un marco que nos establece la existencia de la principio aparece ya en el Informe Belmont resal- libertad de los demás.5 Es casi un lugar común consi- tado fundamentalmente como una cuestión de cri- derar que la libertad no equivale a omnipotencia.6 terio: distinguir entre qué es perjudicial y qué no lo Así, la libertad trae consigo el ejercicio de la respon- es. Un descuido en la protección del anonimato de sabilidad, en el sentido de asumir las consecuencias un conjunto de sujetos entrevistados respecto de un de las decisiones que tomamos. Lo que nos ocurre tema delicado puede causar daño; una intervención no sucede porque otros intervengan en nuestra vida; experimental sin previo aviso en una localidad que es la consecuencia de las acciones que realizamos o celebra una festividad sagrada puede causar daño; de aquellas que nos abstenemos de llevar a cabo. En un trato demasiado coloquial por parte de los inves- cualquier caso, actuar éticamente —ya se encuen- tigadores hacia los dirigentes y los pobladores de una tre uno en el marco de una investigación o de la vida comunidad puede causar daño y malestar . Todas cotidiana— requiere pensar y actuar reflexivamente, estas situaciones pueden prevenirse si tomamos en nunca de manera mecánica ni repitiendo acciones de 10 cuenta el principio de no maleficencia. otros sin tomar conciencia de lo que implican. La no Desde este punto de vista, pareciera que toda acción maleficencia problematiza la vida, pues nos obliga a a realizar pudiese causar conflicto con este principio. no actuar de manera despreocupada y subestimar las Tal vez esta percepción no es errada. La no malefi- consecuencias de nuestras decisiones. El investigador cencia nos obliga a actuar con una conciencia per- “no maleficente” deberá tener la suficiente sensibili- manente de lo que se está haciendo. Sin no malefi- dad para ponerse en el lugar de los sujetos y antici- cencia, nuestras acciones se vuelven relativas, y hasta parse a las afectaciones que puedan producirse tanto arbitrarias, en términos morales. Si no nos preocupan en el plano físico como en el mental y en el emocio- las decisiones que tomamos, entonces todo parecería nal. Es más sencillo suponer que “no pasa nada” y no 5 El “principio de libertad”, planteado por John Stuart Mill, filósofo y economista inglés del siglo XIX, planteaba que resultaba justificado restringir la libertad de un individuo siempre y cuando las acciones de dicha persona amenazaran con hacer daño a otra persona. Este principio también es conocido como “principio del daño”. Desde esta perspectiva, nadie tiene por qué cuestionar lo que hacemos o lo que pensamos si nuestras acciones o pensamientos no suponen un perjuicio para otras personas: “Durante siglos, las personas han sido perse- guidas por adorar al dios equivocado, o por no adorar a ningún dios. Pero ¿hacían daño a alguien actuando así, excepto quizás a sus propias almas inmortales?” (Wolff 2001: 133). Como se aprecia, no es ni ha sido sencillo seguir este principio del daño a lo largo de la historia. 6 Para el filósofo español Fernando Savater, no debemos caer en el error de confundir la libertad —que consiste en elegir dentro de lo que es posible— con la omnipotencia —relacionada con obtener siempre lo que uno quiere, aunque parezca imposible—: “Ser libre significa que tienes la posibilidad de escoger entre distintas posibilidades, en decidir lo que quiero intentar entre el abanico de actividades propias de los humanos” (Savater 2012: 86). Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica modificar los procedimientos ni los protocolos de la no maleficencia. Recuérdese el caso acción que pudieran estar afectando a los participan- Tuskegee, cuya declarada intención fue el tes de nuestras investigaciones. En consecuencia, la estudio de la historia natural de la sífilis no maleficencia tiene como actitud primaria el estar no tratada, sin intervención terapéutica despierto a lo que puede ocurrir con nuestras decisio- (Lolas y Outomuro 2006: 113). nes o con lo que omitimos hacer, pues cualquiera de ellas es susceptible de causar daño: Ahora bien, estos acercamientos al concepto resultan un […] debería aclararse que el daño oca- tanto sutiles. Ello se debe a que incluso una acción des- sionado no siempre tiene que ver con tinada a evitar o prevenir algún daño a seres humanos “acciones”, sino a veces con “omisiones”. implica una acción positiva que se ubicaría más dentro Es más, en ciertas ocasiones, una omi- del campo de la beneficencia —es decir, hacer algo por el sión puede acarrear más daños que una beneficio de otros— que de la no maleficencia —más rela- acción. […] La simple observación, el no cionada con evitar hacer algo que con hacer algo—. Vea- hacer nada más que observar no excluye mos, pues, en qué consiste el principio de beneficencia. 3.1.2. Beneficencia El principio de beneficencia añade un nivel de difi- y de la sociedad en general:7 el bienestar de la socie- cultad para el investigador que incorpora seres dad nunca podrá justificar el trato inhumano de los humanos en sus estudios y trata de actuar dentro sujetos de investigación. 11 de un marco ético de comportamiento: además Mientras la beneficencia, en su sentido común, consiste de la obligación de guardar respeto por la voluntad en un acto realizado en beneficio de otros, el principio de y autonomía de los sujetos de investigación (ver beneficencia supone la obligación de actuar en ese sen- Módulo 2 de esta misma serie) y del deber de abste- tido. Aunque la relación entre no maleficencia y bene- nerse de causarles daños o perjuicios, el principio de ficencia parece sumamente estrecha y se podría pensar beneficencia añade la obligación de contribuir con el que son solo dos términos distintos para nombrar a una bienestar de los sujetos. Es decir, las acciones de los misma actitud necesaria por parte de los investigadores, el investigadores deben estar dirigidas al beneficio de principio de beneficencia exige un mayor involucramiento los colaboradores de los estudios o del grupo social que el primero, si intentamos construir algunas pautas de que los enmarca. Siguiendo la línea de reflexión ética acción que se refieran a cada uno de estos principios. expresada en el Módulo 1, la prioridad del investiga- Como se aprecia en el cuadro 3.1. de la siguiente dor siempre deberá ser el bienestar del ser humano, página, las obligaciones que genera el principio de alrededor del cual girará la preocupación del cientí- beneficencia resultan más numerosas y exigentes fico por encima de los intereses de la propia ciencia que las de la no maleficencia. Visto así, el principio de 7 Ver la Declaración de Helsinki en AMM (2013: 1-3). Módulo 3: Beneficencia y no maleficencia Cuadro 3.1. Pautas de exigencia moral relacionadas con los principios de no maleficencia y beneficencia PrinciPio de no maleficencia PrinciPio de beneficencia No se debe causar daño o perjuicios. Se deben prevenir los perjuicios o daños a otros. Se debe evitar o rechazar el daño a otros. Se debe hacer o promover el bien. Se debe proteger y defender los derechos de otros. Fuente: Beauchamp y Childress (1999: 181 y 248). Elaboración propia. no maleficencia consiste en respetar unos mínimos sidades en nuestro país. En consecuencia, si la obliga- —abstenerse de generar daño— antes que una exi- ción de evitar acciones no maleficentes es “perfecta” gencia de acción. Tanto prevenir como evitar un daño —en el sentido que no se puede obviar ni desconocer suponen acciones que requieren dar pasos positivos a costa, incluso, de ser sancionado legalmente—, la para conseguirlo, a diferencia de la simple abstención. obligación que genera el principio de beneficencia es Esta situación genera otras peculiaridades. Tal como “imperfecta”, pues, aunque nuestra ayuda puede ser se ha planteado, es posible actuar de manera no male- considerada moralmente deseable, no resulta inmoral ficente con todas las personas, pero resulta imposible nuestra incapacidad material para ayudar a todos los actuar con beneficencia con absolutamente todos los que tienen necesidades. Las diferencias entre las pau- 12 individuos. Podríamos donar ropa o víveres a alguna tas o exigencias morales de no maleficencia y benefi- comunidad de personas que han sufrido alguna inun- cencia pueden observarse en el cuadro 3.2. dación u otra desgracia natural, por ejemplo, pero Finalmente, ¿esta comparación significa que siempre será imposible ayudar a todos los afectados por adver- deberíamos darle prioridad a la no maleficencia sobre Cuadro 3.2. Diferencias entre las exigencias morales que demandan los principios de no maleficencia y beneficencia no maleficencia beneficencia 1. Son prohibiciones negativas de acción. 1. Presentan demandas positivas de acción. 2. Deben ser obedecidas imparcialmente. 2. No siempre tienen que ser obedecidas imparcialmente. 3. Ofrecen razones para establecer prohibiciones legales a determinadas normas 3. Rara vez ofrecen razones para la sanción de conducta. legal cuando se fracasa en cumplirlas. Fuente: Beauchamp y Childress (1999: 248). Elaboración propia. Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica la beneficencia? No necesariamente. Aunque habi- difícil que alguien objete que, en este caso, el princi- tualmente, en caso de conflicto, suele prevalecer el pio de beneficencia deberá ser priorizado respecto del principio de no maleficencia, “como ocurre con todos principio de no maleficencia.8 En cambio, si nuestra los principios morales, el peso de este depende de las intención es salvar la vida de un destacado estudiante circunstancias, de manera que no podemos estable- adolescente (beneficencia) a través de la extracción cer a priori una regla que otorgue más importancia a inconsulta del hígado de un presidiario (generación evitar causar daño que a beneficiar” (Beauchamp y de daño) que se encuentra esperando la pena capital, Childress 1999: 181). Está claro que, si se requiere será muy cuestionable que se prefiera el principio de pinchar el brazo de una persona sin su permiso para beneficencia por encima del de no maleficencia.9 extraerle sangre (generación de daño) con la finalidad de salvarle la vida tras un accidente de tránsito, será 3.1.3. Evaluación de riesgos y beneficios Un aspecto significativo que no se suele tomar en en acudir a alguna organización que brinda apoyo a consideración es que la beneficencia hacia los otros personas desamparadas; otra, conversar con fun- parece generar, inevitablemente, algún tipo de per- cionarios del municipio en el que nos hemos topado juicio o daño. Piénsese en algo tan cotidiano como con dicha persona; incluso, podríamos ofrecerle un entregarle unas monedas a un mendigo. Despren- empleo. En cualquiera de los casos, implicará una derse de dichas monedas representará un menor serie de gestiones, como llamadas telefónicas, esta- 13 presupuesto disponible para los gastos o pagos blecimiento de contactos, o entrevistas con amigos necesarios. Aunque por el monto no parezca ser o desconocidos que requerirán una real inversión de significativo, sin duda es un perjuicio —aunque tiempo (ya sea breve o extenso). Aunque no hay un mínimo— para la economía familiar. Ahora bien, perjuicio económico directo, el tiempo utilizado por alguien podría pensar que se conseguiría ayudar o el investigador en ayudar a esta persona podría haber beneficiar más si tratamos de brindarle unas mejores servido para estar más tiempo con su familia, cum- condiciones de vida a esa persona que pide dinero en plir con sus obligaciones laborales antes de tiempo o la calle. Tal vez una de las alternativas podría consistir haberse dedicado a descansar en su propia casa. 8 Existen, sin embargo, casos de pacientes que se rehúsan a transfusiones de sangre que podrían salvarles la vida por creencias religiosas. En una situación de este tipo, la percepción de daño está siendo medida desde perspectivas distintas, lo que genera un dilema ético amplia- mente discutido en la literatura médica. Para este particular paciente religioso, la transfusión de sangre supone un daño mayor (ámbito espiritual) que, incluso perder la vida (ámbito material). Resolver este dilema depende de las razones que sustentan nuestros juicios morales y de cuál es el sistema de valores al que le damos preferencia. Para una discusión más precisa, se puede revisar Rachels (2006: 32-36). 9 Este ejemplo está basado en la siguiente reflexión de Beauchamp y Childress: […] en ciertos casos, la no maleficencia prevalece sobre la beneficencia, aun cuando el mejor resultado utilitarista se obtendría siendo beneficente. Si, por ejemplo, un cirujano pudiera salvar dos vidas inocentes matando a un preso que se encuentra en el pabellón de los condenados a muerte para extraerle el corazón y el hígado y trasplantarlos, este sería el mejor resultado posible desde el punto de vista utilitarista (en las circunstancias expuestas), pero no es moralmente defendible. (1999: 180-181) Módulo 3: Beneficencia y no maleficencia Todos estos ejemplos demuestran que ayudar a otros La investigación biomédica a menudo siempre tiene un “costo” —no necesariamente eco- emplea una variedad de intervenciones, nómico— que, a veces, parece invisible por la natu- de las cuales algunas prometen beneficio raleza tenue del perjuicio, pero que, inevitablemente, terapéutico directo (intervenciones que existe. Esta dualidad beneficencia-daño —o perjui- producen beneficio) y otras son aplicadas cio— nos obliga a mostrarnos cautos frente a la ayuda solamente para responder a una pregunta generosa: desde una perspectiva ética —hemos dicho de investigación (intervenciones que no que la ética implica ser conscientes de los matices pre- producen beneficio). Las intervencio- sentes en la existencia humana—, requerimos evaluar nes que producen beneficio se justifican, de manera permanente los perjuicios, las afectaciones al igual que en la práctica médica, por la o los daños producidos por cada acción humana que expectativa de que serán, al menos, tan realizamos. Dado que las condiciones de las investi- ventajosas para los individuos afectados gaciones varían constantemente, los responsables de a la luz de los riesgos y beneficios, como los estudios deberán actualizar el balance riesgo-be- cualquier otra alternativa disponible. Las neficio de manera continua; es decir, se trata de una intervenciones que no producen bene- evaluación dinámica y no estática. ficio son evaluadas de manera diferente; Ahora bien, no todos los perjuicios tienen la misma ellas pueden ser justificadas solo apelando magnitud. Existirán “daños” significativos y otros al conocimiento que se espera obtener. tenues. Será importante, por ello, distinguirlos y, (Cioms-OMS 2002: 43) especialmente al conducir una investigación con seres humanos, ser capaces de evaluar la conve- Por su parte, en una investigación que no se desa- 14 niencia de realizarla estimando los daños que podría rrolla en el ámbito biomédico, como aquellas que se causar. Aquí surge la idea de “riesgo”, es decir, la llevan a cabo en el campo de las ciencias sociales, probabilidad de ocurrencia de una determinada afec- parecería que los daños no son tan graves (no está tación.10 Casi por sentido común, podemos estable- en juego la integridad física ni la vida de las personas cer una especie de “fórmula” crítica: será óptimo necesariamente) ni los beneficios tan claros (sue- desarrollar una investigación cuyos resultados signi- len fundamentarse en la importancia de contribuir fiquen beneficios mayores a los perjuicios que puede al conocimiento científico que repercuta positiva- causar. Si el riesgo de ocurrencia de daños es alto y mente en la sociedad). Sin embargo, esta es solo una se prevé más perjuicios que beneficios, no se justi- apreciación ligera, tal vez influida por el predominio fica desarrollar el estudio. Este balance entre riesgos de la perspectiva médica en la reflexión sobre la ética y beneficios es especialmente sensible en el campo de la investigación con seres humanos. Los benefi- de la investigación biomédica, pues los perjuicios y cios y los daños pueden ser muy diversos y abarcar daños significan, muchas veces, graves afectaciones múltiples dimensiones de acuerdo con la disciplina a la salud o a la vida de los sujetos de investigación: en la que se enmarca la investigación: 10 El Informe Belmont precisa que la utilización de términos como “pequeño riesgo” o “gran riesgo” está relacionada con la magnitud o severidad del probable daño (Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos de Investigación Biomédica y del Com- portamiento 1979: 8). Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica Los daños que sufren los sujetos no tienen cano Philip Zimbardo realizado en 1971, en el que que ser permanentes ni de largo plazo, ya los voluntarios sujetos de estudio fueron expuestos que algunas experiencias temporales como a peligrosas situaciones de estrés físico y mental.12 estrés o incomodidad, aunque no causen Estimar con precisión la relación entre los bene- un perjuicio cuantificable y de largo plazo, ficios y los riesgos de potenciales daños que están se consideran daños. Más aún, los daños no presentes en una investigación es muy difícil, sobre sólo deben afectar a los sujetos de inves- todo si tenemos en cuenta la diversidad de temas y tigación propiamente, sino que también disciplinas en las que podrían desarrollarse. Ya desde otros individuos o grupos pueden verse la elaboración del Informe Belmont, en 1979, se afectados por el proceso o los resultados acepta que solo en escasas ocasiones se dispondrá de la investigación. (Achío 2006: 31) con seguridad de mecanismos y técnicas cuantita- tivas para analizar los protocolos de investigación. Como se ha mencionado anteriormente, el daño En la mayoría de estudios, los encargados deben puede presentarse cuando los sujetos son convo- apelar a sus propios conocimientos, experiencia o, cados a experimentos en laboratorios, encuestas, incluso, intuición para determinar un balance acep- estudios etnográficos e incluso cuando se propor- table de riesgos y beneficios. Aun así, el investigador ciona información básica sobre la familia nuclear.11 no puede abandonar el intento de realizar un análi- Los potenciales daños o abusos físicos que pue- sis sistemático, no arbitrario, de estos aspectos pri- den ocurrir no son exclusivos de investigaciones mordiales.13 Los autores del Informe Belmont pro- de naturaleza biomédica, sino que pueden encon- ponen unos pasos a seguir (véase el cuadro 3.3. de trarse también en estudios dentro del campo de las la siguiente página) que pueden ser de utilidad para humanidades o de la psicología, como lo demuestra cualquier investigador que trata de ser riguroso y 15 el cuestionable estudio del psicólogo norteameri- sensible a la problemática discutida en este módulo: 11 Véase Achío (2006: 31). 12 Se trata del famoso experimento realizado en las instalaciones de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. En dicho estudio sobre psicología del comportamiento, un grupo de voluntarios asumió los roles de carceleros y otro grupo lo hizo como presidiarios dentro de una infraestructura especialmente acondicionada que emulaba las características de una prisión. Aunque actualmente se discute si realmente las circunstancias ocurrieron del modo descrito, los roles predominaron sobre los individuos mismos y sus escalas de valores previas al experimento, pues se cometieron excesos y abusos físicos por parte de los carceleros, lo que llevó a cancelar el estudio antes de tiempo. Al respecto, véase Robbins y Judge (2009: 291-292). 13 Véase Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos de Investigación Biomédica y del Comportamiento (1979: 9). Módulo 3: Beneficencia y no maleficencia Cuadro 3.3. Pasos para la evaluación de riesgos y beneficios 1. Determinar la validez de los presupuestos de la investigación.14 2. Distinguir, con la mayor claridad posible, la naturaleza, la probabilidad y la magnitud del riesgo. 3. Hacer explícito el método de identificación de riesgos, especialmente en los casos en los que no hay más alternativa que usar categorías relativamente vagas, como riesgo “pequeño” o “tenue”. 4. Determinar si los cálculos del investigador sobre la evaluación de riesgos y beneficios son razonables, si se juzgan con hechos que se conocen o con estudios alternativos disponibles. Fuente: Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos de Investigación Biomédica y del Comportamiento (1979: 9). Elaboración propia. 3.2. implicancias De los principios De beneficencia y De no maleficencia, y sus aplicaciones prácticas en una investigación 16 3.2.1. ¿En qué consiste asumir “riesgos” en una investigación con seres humanos? ¿Qué es lo que esto implica? El concepto de “riesgo” se asocia, comúnmente, a no es posible. Aunque no hay una sola manera de la noción de “peligro”; es decir, suele estar vinculado definir los que significa el “riesgo”, algunos autores con la existencia de una amenaza latente hacia uno han proporcionado descripciones sencillas de lo que mismo o hacia otros. Desde este punto de vista, ¿por involucra este concepto: una situación o suceso en qué tendríamos que asumir riesgos en una inves- el que algo valioso para los seres humanos (incluidos tigación que involucre a seres humanos? ¿No sería los propios humanos) se ha puesto en juego, y cuyo mejor desarrollar estudios que no involucren ries- resultado es incierto.15 Esta definición permite abor- gos ni peligros para nadie? Lamentablemente, esto dar dos dimensiones clave del concepto de riesgo: 14 No confundir los presupuestos de la investigación con la planificación y organización de los costos económicos que supone un estudio científico. Evaluar la validez de los presupuestos de una investigación consiste en asegurarse de que exista una coherencia lógica entre los supuestos o las hipótesis planteadas al inicio y las acciones que se deben tomar para llegar, una vez desarrollado el estudio, a una conclusión final. En otras palabras, los procedimientos, los experimentos, los métodos de observación, las preguntas de una encuesta y cualquier otra estrategia de recojo de información deben ser coherentes con los supuestos que guían la investigación y no ser meramente arbitrarios. 15 Véase Jaeger, Renn, Rosas, et al. (2001: 16-19). Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica primero, supone que el futuro no está predetermi- En cualquier caso, nos remite a un escenario de res- nado;16 segundo, refuerza la idea de que los even- ponsabilidad: asumir las consecuencias de nuestras tos futuros son consecuencia de las decisiones que decisiones. Cualquier investigador requiere de una tomamos los seres humanos. Así, la noción de riesgo cierta dosis de curiosidad para entender los fenó- implica siempre la posibilidad de algún resultado, menos humanos que se quieren estudiar. En algunos es decir, de conseguir un efecto posible deseado, casos, los investigadores son más atrevidos en esa aunque no sepamos el corolario final de la decisión búsqueda de conocimiento. Ese atrevimiento puede tomada (puede ser exitoso o un desastre total). generar riesgos, pero la clave es entender que este La incertidumbre, por lo tanto, no es una amenaza concepto no significa que hay carta libre para actuar para los seres humanos, sino, al contrario, la esen- de manera indiferente o despreocupada con los suje- cia de la condición autónoma y libre que ejercemos tos de estudio. Por el contrario, la responsabilidad del como individuos, expresada en nuestra capacidad de investigador deberá ser fundamental para que los acción a partir de elecciones racionales. Por ello, se riesgos sean lo más reducidos posible para la finalidad puede entender que el riesgo “surge a partir de deci- del estudio,17 y se construya, de este modo, un esce- siones humanas de actuar y producir algo, o de omitir nario en el que la probabilidad de que se genere daño acciones y dejar que pase algo” (Olivé 2007: 102). para los participantes del estudio sea mínima. 3.2.2. ¿Los riesgos que se deben considerar corresponden únicamente a los del sujeto de estudio o se debería incluir también a aquellos que pueden afectar a comunidades o colectividades? 17 Si bien es cierto que las consideraciones éticas respecto una población en particular o que los pueda exponer a de los riesgos existentes en un estudio se dirigen, en algún tipo de discriminación. Más allá de si la informa- primer término, a proteger a los sujetos de investiga- ción dada a conocer sea resultado de una investigación ción, las personas que se encuentran a cargo también sólida o de una poco rigurosa, los datos sobre tenden- deberían estar atentos a las repercusiones —a veces cias hacia el alcoholismo, proliferación de prostitución poco visibles— que podrían generarse en las comuni- o prevalencia de enfermedades de transmisión sexual, dades, grupos étnicos o poblaciones relacionadas con entre otros, pueden llevar a exponer a los miembros de el estudio. Por ejemplo, puede ocurrir que se publi- una comunidad a ser víctimas de prejuicios o malos tra- que información que estigmatice de alguna manera a tos que no existían antes de la realización del estudio.18 16 Si lo que ocurrirá mañana está escrito o grabado en una suerte de “destino”, entonces la noción de riesgo resultaría absurda, pues las desgracias venideras habrían sido inevitables y, en consecuencia, ninguna acción humana habría cambiado ese resultado final. La noción de riesgo está directamente relacionada con el ejercicio de la acción racional humana, no predestinada y sin claridad respecto de su resultado. Por ende, se trata de aceptar que el ser humano convive permanentemente con la incertidumbre. 17 Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos de Investigación Biomédica y del Comportamiento (1979: 9). 18 Véase Cioms-OMS (2002: 44). Módulo 3: Beneficencia y no maleficencia Aquel o aquellos que conducen una investigación En cualquier circunstancia, la solución no es reprimir deben desarrollar un sentido de alerta o anticipación o censurar información real, sino aminorar los efec- que les permita prever consecuencias no esperadas tos que se puedan generar cuando se tratan temas o de la difusión de los temas y hallazgos encontrados: situaciones vinculadas con perspectivas morales que “[…] debieran ser sensibles a tales consideraciones, suelen tener reacciones contrapuestas en el público a la necesidad de mantener confidencialidad durante en general. Finalmente, si la situación amerita una y después del estudio, y a la necesidad de publicar los discusión más profunda, puede recurrirse siempre resultados de una manera respetuosa para los inte- a un comité de ética de la investigación que pueda reses de todos los afectados o, en ciertas circuns- aportar otras perspectivas no consideradas por parte tancias, no publicarlos” (Cioms-OMS 2002: 44). del equipo de investigadores. 3.2.3. ¿Qué consideraciones se deben tener en cuenta cuando se desarrollan investigaciones en comunidades o poblaciones de muy bajos recursos? Las investigaciones que se desarrollan con poblacio- a través de los cuales puedan expresar su disconfor- nes de muy bajos recursos merecen una atención midad o reclamar por el proceder de los investigado- especial desde una perspectiva ética. Este tipo de res o las actividades que puedan desarrollar. poblaciones suele encontrarse en condiciones de La situación de vulnerabilidad de una población desventaja socioeconómica respecto de otros gru- puede ser tan extrema que incluso un equipo de 18 pos, sobre todo si tomamos en consideración niveles investigación con buenas intenciones puede cau- de ingreso, servicios de saneamiento básico, for- sar expectativas con su sola presencia en el lugar: mación académica, infraestructura pública, entre ¿habrá beneficios económicos por participar en el otros. Las diferencias socioeconómicas entre gru- estudio?, ¿será importante conocer a los investiga- pos humanos pueden ser muy diversas y, en algu- dores para establecer lazos sociales que luego pue- nos casos, llegan a ser extremadamente dispares, den ser de utilidad?, ¿puede convertirse el estudio como ocurre en un país tan heterogéneo como el en un mecanismo de resonancia de los reclamos Perú. Dadas estas condiciones, las poblaciones de sociales y económicos existentes? Son muchas las bajos recursos pueden encontrarse en situación de expectativas que pueden surgir entre los sujetos de vulnerabilidad ante la influencia o el poder —econó- estudio en un contexto como este. mico, social, político, entre otros— ejercido por ins- La mejor manera de abordar tal situación es hablar tituciones o investigadores individuales que impo- francamente de los objetivos y los alcances esperados nen, consciente o inconscientemente, una agenda de la investigación con los potenciales participantes, así de investigación en estos sectores de la sociedad. como con las autoridades o los dirigentes de la pobla- Resulta bastante común que las poblaciones de bajos ción en el caso de que existan. Aunque está claro que recursos no tengan acceso a canales de expresión es el equipo de investigadores quienes deben determi- públicos, o a vínculos de importancia política y social nar los objetivos y la metodología del estudio, la investi- Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica gación no debería estar completamente desconectada un beneficio indirecto a largo plazo, debería repensarse de la realidad socioeconómica ni de las necesidades y la necesidad de desarrollar dicha investigación. Las prioridades de la población que se está involucrando en conclusiones del estudio deberían ser razonablemente el proceso.19 Básicamente, es un tema de relevancia y relevantes para tal población y, al menos, compartidas respeto: ¿la investigación resultará relevante para esa oportunamente a través de sus autoridades o en una población con carencias extremas? Si no hay ni siquiera presentación de alcance público. 3.2.4. ¿Una investigación en la que participan menores requiere de consideraciones especiales? La decisión de incorporar niños y niñas en alguna tarea que les resulte muy poco familiar, por ejemplo, investigación debe tomarse con sumo cuidado. puede despertar algún tipo de inseguridad o generar Lo primero que un investigador debe considerar al escenarios de estrés en un pequeño o pequeña. diseñar el estudio es si efectivamente se requiere la De acuerdo con las pautas Cioms, promovidas por presencia de menores o si la investigación podría ser la Organización Mundial de la Salud, la incorpora- realizada con la participación de adultos. En el caso ción de niños y niñas debe producirse cuando las de que se concluya que los objetivos de la investiga- circunstancias del estudio así lo ameriten, lo cual ción están orientados a un desarrollo favorable de la exige, por parte de los investigadores, una actitud población infantil o colaboran en el tratamiento de responsable y prudente.21 Aquí se impone el ejer- enfermedades que los involucra a ellos, entonces se cicio del principio de no maleficencia: no planificar 19 justifica su participación en ella.20 nada que exponga o ponga en riesgo a los niños en Los niños y las niñas, especialmente cuando son ninguna circunstancia. Las pautas Cioms sugieren pequeños y pequeñas, tienen mucha sensibilidad que los padres pueden actuar como observadores a las circunstancias que viven y experimentan, por —mientras sea posible— durante la realización del lo cual, el investigador debe asegurarse de que el estudio. Esta sugerencia resulta pertinente, pues la entorno en el que se desarrolle el estudio asegure seguridad de los niños se verá reforzada ante la pre- su estabilidad física, emocional y mental. Un suceso sencia de un rostro familiar o una persona que ase- que puede pasar inadvertido para un adulto puede gure tranquilidad. Aunque dichas pautas se orientan tener un efecto magnificado en un niño o una niña. fundamentalmente a la práctica y la investigación Una persona con un timbre de voz muy alta, el en el ámbito médico, deberían ser consideradas en contacto con desconocidos o la resolución de una cualquier tipo de estudio. 19 Para una discusión más profunda sobre este tema, se puede revisar la Pauta 10 de Cioms sobre la investigación en poblaciones y comunidades con recursos limitados (Cioms-OMS 2002: 46-49). Para una discusión más profunda sobre este tema, se puede revisar la Pauta 10 de Cioms sobre la investigación en poblaciones y comunidades con recursos limitados (Cioms-OMS 2002: 46-49). 20 La relación entre el principio de beneficencia y la investigación infantil se trata brevemente en el Informe Belmont, como puede revi- sarse en Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos de Investigación Biomédica y del Comportamiento (1979: 3). 21 Ver Cioms-OMS (2002: 63-66). Módulo 3: Beneficencia y no maleficencia En este tipo de investigaciones, los padres o tutores drán superan los daños que podría, eventualmente, deben dar el consentimiento informado para la par- generar la investigación? ticipación de sus hijos e hijas, o de los y las menores En ese sentido, podría afirmarse que, si se trata de a su cargo. El permiso se los padres, sin embargo, no investigaciones de naturaleza biomédica, resulta exime a los investigadores de consultar también a los y comprensible que el consentimiento de los padres las menores participantes. Esta consulta deberá rea- o tutores sea un requerimiento indispensable al que lizarse de acuerdo con la edad de quienes participan debiera sumarse el asentimiento informado de los en la investigación asegurándose de que hayan real- y las adolescentes. Por el contrario, si se trata de mente comprendido en qué consiste su participación. investigaciones de corte científico social o de cien- En relación con la participación de menores de edad cias humanas, podría ser suficiente contar con el en investigaciones, un tema que resulta controver- asentimiento informado de los adolescentes en los sial es la inclusión de adolescentes, pues, aunque casos en los que no se pueda obtener la información son menores, estos podrían contar con más y mejo- sin contactarlos o contactarlas, el riesgo sea menor res herramientas que los niños y niñas para decidir que el mínimo, y el beneficio obtenido sea mayor a si participar o no. Para un sector, estos menores la potencial afectación. podrán formar parte de una investigación solo si sus Asimismo, existen casos de investigaciones que abor- padres dan un consentimiento formal; en cambio, dan temas difíciles de discutir entre padres e hijos, otro sector más vinculado con la investigación en como sexualidad, prostitución, juegos y apuestas, ciencias sociales considera que, en aquellas inves- entre otros. En tales circunstancias, solicitar el con- tigaciones en las que no se pone en riesgo su salud, sentimiento escrito de los padres podría imposibilitar su integridad personal o su vida, podrían participar el desarrollo del estudio, pues los y las menores no 20 habiendo dado únicamente su asentimiento infor- desearán participar si se sienten sobre expuestos a sus mado. Más allá del debate, para poder resolver estos padres; ello generaría la necesidad de contar única- supuestos, habría que reflexionar a partir de pre- mente con el asentimiento de los sujetos de estudio. guntas tales como ¿existe otra forma de obtener la Sin embargo, no se debe perder de vista que se trata información que requiere la investigación para poder de supuestos excepcionales, pues la regla es contar llevarse a cabo?, ¿la participación implicará un riesgo con el consentimiento informado de los padres, y el mayor que el mínimo?, ¿los beneficios que se obten- asentimiento informado de los y las menores. Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica 3.2.5. ¿Es correcto recurrir a la mentira para poder realizar una investigación académica? Aunque darle respuesta a esta pregunta implica Es probable que, en el ámbito de las investigaciones bio- involucrar también principios como el de respeto médicas, no tenga cabida esta posibilidad, pues el riesgo por las personas, justicia, e, inclusive, integridad que los y las participantes enfrentan podría ser mayor científica y responsabilidad, por ahora, nuestro inte- al mínimo, por ejemplo, si lo que se requiere es probar rés es centrarnos en los posibles riesgos que podrían un medicamento e inclusive, en algunos casos, usar enfrentar quienes participan en una investigación un dispositivo para evaluar efectos clínicos. En cam- por recurrir a la mentira para realizar el estudio. En bio, nuevamente en el ámbito de las ciencias sociales y principio, resultará útil realizar un análisis similar al humanas, los y las participantes colaboran en calidad de propuesto en el supuesto anterior. Ello implica poder informantes; por ello, excepcionalmente, se le podría responder algunas preguntas: ¿existe otra forma de permitir al investigador o investigadora recurrir a la obtener la información?, ¿la participación implicará mentira o al ocultamiento parcial de información. Nue- un riesgo mayor que el mínimo?, ¿los beneficios que vamente, nos encontramos frente a un caso excepcio- se obtendrán superan los daños que podría, even- nal que no solo debería ser debidamente justificado por tualmente, generar la investigación? Además de el equipo de investigación a cargo; además, este tendría estas respuestas, es preciso determinar qué tipo de que evaluar de manera concienzuda los riesgos y tomar información se ocultará o qué información será sus- medidas adicionales para responder rápidamente a los tituida por información falsa. eventuales problemas que pudieran surgir. Si bien es cierto que existen casos en los que infor- A manera de conclusión, es imprescindible que el inves- mar los objetivos de una investigación desde un inicio tigador que incorpora seres humanos en sus estudios podría generar sesgos en las respuestas de quienes tenga en cuenta de manera permanente y constante 21 participan, ello no exime de hacer el análisis pertinente que debe velar por el bienestar de los sujetos de inves- al grupo de investigación a cargo. Asimismo, resulta tigación, así como de su propio equipo de investiga- importante considerar, como parte de la implemen- ción y del entorno socioambiental que los alberga. Esta tación de la investigación, un proceso especialmente situación resulta compleja en un contexto en el que es diseñado para el retorno de los resultados a los y las inevitable que la toma de decisiones de los investigado- participantes, que incluya la explicación de la necesi- res genere posibles daños y perjuicios de distinta con- dad de recurrir a la mentira u ocultamiento parcial de dición, los cuales deberán ser analizados para conseguir los objetivos que la investigación perseguía. un equilibrio favorable entre beneficios y riesgos. Módulo 3: Beneficencia y no maleficencia RESOLUCIÓN DEL CASO PRÁCTICO 3 En el caso de la carta enviada a los restaurantes de Nueva York, resulta claro que el in- vestigador no tenía la intención de generar daños a los dueños de los locales de comida. La idea original parecía buena: estudiar las reacciones ante las quejas de los clientes en condiciones reales. No resulta igual “conversar” sobre la manera en la que una empresa responde a los malestares de los clientes que ser testigos de su reacción y la forma en que se maneja una situación no deseada. Sin embargo, el elemento clave que se debe observar en esta investigación —la queja— es una señal de que tratamos con un tema delicado y sensible. No se trataba de analizar las felicitaciones recibidas por un aniversario o los agradecimientos por un trabajo bien hecho. Una queja es señal de malestar y disgusto. Difícilmente puede una persona o un negocio mostrarse indiferente ante una situación aparentemente provocada por uno mismo y que ha tenido consecuencias en otras personas. Los interrogatorios al personal, la revisión de procedimientos de producción y manejo de los alimentos, el desconcierto 22 organizativo, y la generación de dudas respecto del propio proceder constituyen perjui- cios y daños que los protagonistas involuntarios del estudio no tienen por qué asumir. Por otro lado, tenemos el tema de la mentira: ¿es lícito mentir o manipular la verdad con la finalidad de mejorar nuestros conocimientos? Aunque pueda parecer simplemente una mala broma para algunos, la mentira en sí misma es un caso serio. Constituye una desvalorización de la autonomía de las personas a las que no se les dice la verdad y re- presenta una falta de respeto al ejercicio de su libertad para tomar decisiones. Se utiliza la mentira cuando se asume que las fuentes de información no serán capaces de decir la verdad a menos que sean manipuladas. Si se quiere observar las circunstancias reales en las que actúan los individuos, se deben diseñar estrategias creativas de observación que no requieran dejar de actuar con veracidad. Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica 3.3. anexo 1. el Juramento Hipocrático La versión original del juramento hipocrático puede leerse a continuación a través del documento publicado por la Universidad de Navarra y traducido al español por Gonzalo Herranz: JURO por Apolo, médico, por Asclepio, y por Higía y Panacea, y por todos los dioses y diosas del Olimpo, tomándolos como testigos, cumplir este juramento según mi capacidad y mi conciencia: TENDRÉ al que me enseñó este arte en la misma estimación que a mis padres, compartiré mis bienes con él y, si lo necesitara, le ayudaré con mis bienes. Consideraré a sus hijos como si fueran mis hermanos y, si desean aprender el arte médico, se lo enseñaré sin exigirles nada en pago. A mis hijos, a los hijos de mi maestro y a los que se obligaran con el juramento que manda la ley de la medicina, y a nadie más, les enseñaré los preceptos, las lecciones y la práctica. APLICARÉ mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie le suge- riré que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo. VIVIRÉ y ejerceré siempre mi arte en pureza y santidad. No practicaré la cirugía en los que sufren de cálculos, antes bien dejaré esa operación a los que se dedican a ella. Siempre que entrare en una casa, lo haré para bien del enfermo. Me abstendré de toda mala acción o injusticia y, en particular, de tener relaciones eróticas con mujeres o con hombres, ya sean libres o esclavos. 23 GUARDARÉ silencio sobre lo que, en mi consulta o fuera de ella, vea u oiga, que se refiera a la vida de los hombres y que no deba ser divulgado. Mantendré en secreto todo lo que pudiera ser vergonzoso si lo supiera la gente. SI FUERA FIEL a este juramento y no lo violara, que me conceda gozar de mi vida y de mi arte, y ser honrado para siempre entre los hombres. Si lo quebrantara y jurara en falso, que me suceda lo contrario. (Universidad de Navarra 2002: 1) Este juramento, pronunciado por los antiguos médicos griegos, vuelve a ser significativo para los médicos a fines del siglo XIX. A partir del impulso que se le da al tema por parte de la Asociación Médica Mundial (WMA, por sus siglas en inglés), en 1948, se elabora una nueva versión, adaptada a los principios y valores del siglo XX. Este nuevo juramento es conocido como la “Declaración de Ginebra”, pues fue adoptado por la 2ª Asamblea General de la Asociación Médica Mundial en dicha ciudad suiza. Después de varias enmiendas —en los años 1968, 1983 y 1994— y dos revisiones en su redacción —años 2005 y 2006—, la versión final de la declaración ha quedado como sigue: Módulo 3: Beneficencia y no maleficencia En el momento de ser admitido como miembro de la profesión médica: PROMETO SOLEMNEMENTE consagrar mi vida al servicio de la humanidad OTORGAR a mis maestros el respeto y la gratitud que merecen EJERCER mi profesión a conciencia y dignamente VELAR ante todo por la salud de mi paciente GUARDAR Y RESPETAR los secretos confiados a mí, incluso después del fallecimiento del paciente MANTENER por todos los medios a mi alcance, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica CONSIDERAR 24 como hermanos y hermanas a mis colegas NO PERMITIRÉ que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afi- liación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mi paciente VELAR con el máximo respeto por la vida humana NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y las libertades ciudadanas, incluso bajo amenaza HAGO ESTAS PROMESAS solemne y libremente, bajo mi palabra de honor. (Asociación Médica Mundial 2006) Oficina de Ética de la Investigación e Integridad Científica 3.4. bibliografía Achío, Mayra 2006 “Ética de la investigación en ciencias sociales: repensando temas viejos”. Cuadernos de Sociología. San José, número 6, pp. 25-38 AsociAción MédicA MundiAl (AMM) 2013 Declaración de Helsinki. Principios éticos para las investigaciones médicas en seres humanos. París: Asociación Médica Mundial. Consulta: 14 de enero de 2016. http://www.wma.net/es/30publications/10policies/b3/ 2006 AMM: Declaración de Ginebra. Consulta: 22 de diciembre de 2016. https://www.wma.net/wp-content/uploads/2017/02/WMA_DECLARACION-DE-GINEBRA_ A4_ESP.pdf BeAuchAMp, Tom L. y childress, James F. 2013 Principles of Biomedical Ethics. New York: Oxford University Press. 1999 Principios de Ética Biomédica. Barcelona: Masson S. A. coMisión nAcionAl pArA lA protección de los sujetos huMAnos de investigAción BioMédicA y del coMportAMiento 1979 Informe Belmont. 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