Cambios sociales en el Perú 1968-2008 Orlando Plaza (coordinador) © Orlando Plaza (coordinador) De esta edición: © Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2012 Av. Universitaria 1801, Lima 32 - Perú Teléfono: (51 1) 626-2650 Fax: (51 1) 626-2913 feditor@pucp.edu.pe www.pucp.edu.pe/publicaciones Cuidado de la edición, diseño de cubierta y diagramación de interiores: Fondo Editorial PUCP Primera edición Centro de Investigaciones Sociológicas, Económicas, Políticas y Antropológicas (CISEPA), octubre de 2009 Segunda edición, marzo de 2012 Tiraje: 500 ejemplares Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores ISBN: 978-9972-42-993-4 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2012-03819 Registro de Proyecto Editorial: 31501361200248 Impreso en Tarea Asociación Gráfica Educativa Pasaje María Auxiliadora 156, Lima 5, Perú PERÚ: PERFIL DE LOS CAMBIOS Y PERMANENCIAS EN LA SOCIEDAD RURAL (1995-2008) Marcel Valcárcel En 1994 elaboramos un pequeño ensayo titulado «Cambios en la sociedad rural peruana 1950-1994» con ocasión del vigésimo aniversario de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Como balance, dábamos cuenta de que la hacienda, institución dominante del mundo rural durante varios siglos, por efecto de los movimientos campesinos y las reformas agrarias, había quedado ya abolida definitivamente en los años setenta, siendo reemplazada por empresas asociativas en el marco de un proyecto modernizador liderado desde el Estado por militares desarrollistas. Describíamos el origen, quiebra y desaparición de la mayoría de las cooperativas y las Sociedades Agrarias de Interés Social (SAIS) en el lapso de doce años, entrampadas en serios problemas de gestión y pérdida progresiva de apoyo político. En efecto, en el marco del pensamiento liberal del segundo belaundismo, se fomentó su disolución y el reparto individual de las tierras y bienes, dando como resultado un incremento exponencial de pequeñas parcelas en todo el territorio nacional. Destacamos la violencia político-militar en el ámbito rural con sus enormes secuelas negativas, y el rol central jugado por las rondas campesinas en la derrota de Sendero Luminoso. Se caracterizó a los noventa como la década de los caminos del mercado y la pacificación. Sostuvimos cómo, a pesar de las dificultades y adversidades, se iba construyendo lentamente una sociedad civil en el mundo rural de manera casi paralela a la expansión de las relaciones mercantiles. Nos detuvimos a indicar las causas de la pobreza campesina y del secular abandono del agro serrano, señalando posibles escenarios para el campesinado, como su claro descenso en cifras relativas y, en menor medida, en cifras absolutas. Catorce años después de culminado aquel ensayo, algunas tendencias ahí expresadas se acentuaron, así como emergieron nuevas. El presente ensayo busca precisar aquello que en términos relativos se mantuvo inmóvil, pero sobre todo Cambios sociales en el Perú 1968-2008 272 escudriñar las tendencias del cambio social, ambas tareas a partir de los trabajos efectuados por la comunidad de científicos sociales, la información cuantitativa disponible y el conocimiento directo del autor de algunas de las transformaciones en curso. Cabe señalar la complejidad de esta tarea por la diversidad de agros y sociedades rurales existentes en nuestro país y la ausencia de un censo agropecuario actualizado1. Resulta pertinente advertir que, dado el corto periodo entre un ensayo y otro, era previsible que no hubiesen ocurrido transformaciones radicales en el campo peruano. 1. Tierras, suelos y agua a) Tenencia de la tierra En 1994, el censo agropecuario indicaba que había en todo el país 1 745 733 unidades agropecuarias, siendo el 55,4% menores de 3 hectáreas, abarcando el 3,2% de la superficie total equivalente a 35 381 808 hectáreas. El minifundio y la pequeña propiedad, mayormente fragmentados en muchas parcelas, caracterizaban al agro despúes de la reforma agraria. Desde comienzos de la década de los noventa, como resultado de la aplicación de las leyes agrarias dadas por el gobierno de Fujimori2, se vienen constituyendo nuevas grandes propiedades empresariales, en particular en la región costera, aumentando la producción de exportación y la desigualdad en la distribución de la tierra. Las facilidades otorgadas a la producción de biocombustibles, como el etanol en la costa3, o la palma aceitera en la selva, favorecen el proceso de concentración de la tierra, vía concesiones, desgravámenes, subsidios, etcétera. Paralelamente a ello, la titulación de tierras se planteó como uno de los requisitos funcionales para que opere el modelo de mercado, siendo impulsada por el Estado a través del Proyecto Especial de Titulación de Tierras y Catastro Rural (PETT) creado a fines de 1992. Apreciamos que en el último lustro han sido titulados más de cien mil agricultores por año, como lo demuestra el cuadro 1. Esto equivale a más de medio millón de agricultores titulados. 1 Como sabemos, el último fue realizado en 1994. 2 En particular, la ley de tierras 26505 promulgada en 1995, considerada sumamente liberal. 3 Alcohol derivado del azúcar. Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 273 Cuadro 1 Perú: resumen anual de titulaciones de tierras (1999-2006) Año 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 Total 471 511 277 925 102 848 121 961 169 766 184 854 130 604 115 567 Fuente: Ministerio de Agricultura, 2007 Según el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal (COFOPRI), la costa, con 84%, es la región con mayor número de predios con título, seguida por la sierra, con 54%, y en último lugar la selva, con 37% de predios titulados. b) Bosques y deforestación Nuestro país presenta una heterogeneidad de ecosistemas y una diversidad de recursos naturales. A continuación haremos una aproximación a lo que viene ocurriendo con los bosques, suelos y agua, pues no existe un organismo estatal que efectúe un seguimiento pormenorizado de la situación de nuestros recursos naturales. Tarea que estuvo anteriormente a cargo de la Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales (ONERN), pero que el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) lamentablemente no continuó. El Perú se ubica entre los diez países del mundo con mayores recursos forestales. Sin embargo, a lo largo de los últimos cincuenta años, sus bosques han disminuido habiéndose ya perdido 15 millones de hectáreas de estos, de las cuales 10 millones están localizadas en la Amazonía. En los Andes, de tres millones de hectáreas, ahora quedan unas 50 000; en los valles costeros, los bosques secos han reducido sus áreas a una fracción de lo que eran antes; mientras que en la Amazonía se talan cada año alrededor de 250 000 hectáreas adicionales (Revista Agraria, 76, 2006). La deforestación se ha convertido en una de las principales causas de los desastres naturales que vive actualmente Sudamérica, contribuyendo a la escasez de agua en el mundo. Los expertos peruanos Antonio Brack Egg y Luis Palomino Rodríguez señalan que la tala indiscriminada de árboles genera graves impactos ambientales y sociales en los países que sufren los embates de la naturaleza. En Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Brasil, por ejemplo, afrontan problemas por las torrenciales lluvias que son acompañadas por aludes, desborde de ríos e inundaciones. Los deslizamientos, además, bloquean carreteras y vías que dejan aislados a muchos pueblos y ocasionan mortandad a los lugareños. Cambios sociales en el Perú 1968-2008 274 La tala irracional pone en riesgo los recursos naturales, pues una selva no depredada puede retener entre 60 y 70 litros de agua por metro cuadrado y un terreno deforestado apenas un litro por metro cuadrado, según los expertos. Este fenómeno antrópico viene siendo parcialmente contrarrestado a través de programas de reforestación. Aunque de los departamentos, los más reforestados fueron los de la sierra y en mucho menor medida los de la selva. Sin embargo, la reforestación es aún incipiente con respecto a lo depredado y al potencial de los departamentos. Perú cuenta hoy con 12 millones de hectáreas de bosques en parques nacionales y hay otros 13 millones de hectáreas en propiedad de las comunidades nativas de la selva, que abarcan el 60% del territorio nacional. Es claro que en la medida en que se evite esta deforestación indiscriminada estaremos protegiéndonos nosotros y, sobre todo, evitando que el daño ecológico sea mayor para las siguientes generaciones. c) Suelos El nuestro es un país con una escasa extensión de suelos agrícolas. Solo el 3,8% de las tierras son aptas para la agricultura intensiva, una parte de las cuales está seriamente afectada por problemas de tala de árboles, apertura de carreteras, erosión hídrica, mal manejo del riego, erosión eólica, sobrepastoreo, cultivo intenso, mal drenaje y salinización. También se consumen los suelos agrícolas por expansión del cemento, por la producción de ladrillos y adobes en diversos valles cercanos a las ciudades. Resulta muy claro que intereses de empresas urbanizadoras y traficantes de tierras están detrás de estas malas prácticas. El desafío radica en optimizar el uso del suelo deteniendo la degradación de la escasa extensión del territorio con vocación agrícola4. En suma, usar las tierras sin tomar en consideración su vocación conduce a serios problemas: huaycos, erosión, derrumbes, destrucción de carreteras, casas, puentes, pérdida de tierras 4 Para CEPES Rural, las tierras de cultivo se clasifican en: a) Tierras aptas para cultivos en limpio. Se dispone de 4 902 000 hectáreas para cultivos en limpio (3,8% del territorio) distribuidas en las tres regiones naturales. b) Tierras aptas para cultivos permanentes: cubren una reducida superficie del país, aproximadamente, 2 707 000 hectáreas (2,1% del territorio). c) Tierras aptas para pastoreo: abarcan 17 916 000 hectáreas, es decir 13,9% de la superficie territorial del país. d) Tierras aptas para producción forestal: son las más representativas del país y alcanzan 48 696 000 hectáreas, es decir, alrededor de 37% de la superficie territorial del país. e) Tierras de protección: aquellas que no reúnen las condiciones ecológicas mínimas requeridas para cultivos intensivos, permanentes, pastoreo y producción forestal. La superficie que abarca este grupo es de 54 300 560 hectáreas, es decir, 42% del territorio nacional. Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 275 agrícolas y muertes. En los últimos lustros, la degradación de los pocos suelos de calidad resulta alarmante. d) Agua: reducción de los volúmenes y pérdida de calidad La agricultura bajo riego en nuestro país involucra a más de 1,6 millones de agricultores que riegan 1,8 millones de hectáreas con agua superficial proveniente de tres vertientes de agua: Atlántico, Pacífico y Titicaca. No obstante estas cifras, el recurso hídrico es escaso y mal distribuido, habiéndose acrecentado en los últimos años el conflicto intersectorial de intereses por su uso, sea este agrícola, industrial, minero, energético, o para consumo directo de la población. El dilema parece plantearse en favorecer el espacio urbano en detrimento del rural; ilustran lo dicho los casos de los valles Chillón y Lurín, donde los agricultores entran en conflicto con SEDAPAL por la construcción de pozos en áreas agrícolas para abastecer a las poblaciones citadinas limeñas. Pero también, como ya se dijo, son cada vez más visibles y regulares los conflictos entre departamentos por garantizarse el acceso al agua con fines de riego. Por otro lado, todos los ríos de la costa están contaminados con desechos industriales, mineros, petroleros, así como por residuos caseros de las poblaciones aledañas, lo mismo ocurre con el lago Titicaca y centenares de cochas, pantanos, ríos y manantiales a lo largo y ancho del macizo andino y la Amazonía. Afectando la flora, fauna y el consumo hídrico de la población, y de paso confrontándose a la misma estrategia de cultivos para la exportación de alta calidad. Por último, no por ello menos preocupante, en las dos últimas décadas se ha acelerado el deshielo de los nevados andinos fruto del cambio climático y el calentamiento de la Tierra, lo cual está reduciendo nuestras reservas de agua. Al respecto, el reciente informe del Consejo Andino de Naciones (CAN) titulado El cambio climático no tiene fronteras sustenta que: «El cambio climático viene evidenciándose en la subregión andina por más de tres décadas. Mientras que desde 1990, a nivel mundial, se registraron cambios en la temperatura global de 0,2°C por década, ya desde 1974 a 1998 este incremento en la región de los Andes centrales fue de 0,4°C; es decir, 70% más que el promedio global» (2008, pp. 14-15). Resumiendo este acápite, sobresale la pérdida cuantitativa y cualitativa de recursos naturales afectando con ello la biodiversidad, lo que nuevamente llama a establecer y supervisar estrategias de desarrollo rural desde un enfoque sostenible. Cambios sociales en el Perú 1968-2008 276 2. Dos grandes problemas y desafíos Intentaremos ahora subrayar dos permanencias por sus resaltantes implicancias en la vida de las poblaciones que habitan en el mundo rural. La primera es la persistencia de la pobreza que alcanza al 65% de la población rural. La segunda es el mantenimiento del analfabetismo, el cual afecta a un quinto de dicha po- blación. Veamos más de cerca cada una de ellas. a) La pobreza En líneas generales, la pobreza, término comparativo utilizado para describir la situación en la que se encuentra parte de una sociedad, producto de la ausencia o escasez de alimentos, vivienda, educación, asistencia sanitaria y agua potable, bienes elementales para vivir, así como del empleo y los ingresos adecuados para obtenerlos. La pobreza también suele ser consecuencia de procesos de segregación social por razones étnicas, de clase, género o edad. Mayormente, la pobreza es hija de la desigualdad y no a la inversa. Constituye un problema multidimensional, lo mismo que su solución. Se puede salir de la pobreza como también regresar a ella. Para Amartya Sen, la pobreza resulta una de las principales fuentes de privación de la libertad de las personas. Por pobreza endémica se entiende el tipo de pobreza que afecta a las personas con niveles muy bajos de vida con una alta proporción de necesidades básicas insatisfechas y que además carecen de acceso a los mercados de trabajo, a los servicios sociales básicos y tienen muy pocas posibilidades de hacer oír su voz en el ámbito nacional. En el Perú, se trata de habitantes de las zonas rurales de la sierra y selva, para quienes la pobreza tiene una dimensión histórica y cultural que se remonta a decenios y aun a siglos (Sagasti, 1997). La pobreza en el país se ha ido reduciendo de manera progresiva en los últimos siete años. Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señalan que la pobreza total y la pobreza extrema a nivel nacional han disminuido; la primera, de 54,3% en 2001 a 51,6% en 2004 y; la segunda, de 24,1% en 2001 a 19,2% en 2005. La pobreza urbana en 2004, pese a su gradual descenso se encontraba en torno al 43,3%, mientras que la pobreza rural continuaba en niveles extremadamente altos, del 72,5%. Por regiones, las disminuciones experimentadas en la costa y selva (8% y 10%), destacaron más que en la sierra, donde en promedio la reducción alcanzó aquel año el 3%. Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 277 Entre 2006 y 2007, la pobreza en todo el Perú cayó en 5%, pasando de 44,5% a 39,3%. Empero, la desigualdad entre el ámbito urbano y el rural aumentó, puesto que la pobreza descendió más en las zonas urbanas que en las rurales. Considerando las regiones naturales, la pobreza total fluctúa entre el 22,6% en la costa y 60,1% en la sierra, y la pobreza extrema oscila entre 2% en la costa y 29,3% en la sierra. Los mayores niveles de pobreza se encuentran en la sierra rural donde la pobreza total afecta al 73,3% y la extrema al 40,8% de la población. Gráfico 1 Perú: incidencia de la pobreza (2006-2007) Porcentaje de la población 2006 2007 29,9 49,0 38,1 40,2 36,3 76,5 73,3 49,9 40,3 62,3 90 80 70 55,3 60 50 40 25,1 24,2 30 18,5 20 10 0 Costa urbana Costa rural Sierra urbana Sierra rural Sierra urbana Selva rural Lima Metropolitana Fuente: INEI Elaboración: Instituto Peruano de Economía Por otro lado, como señala De los Ríos (2008): Los hogares de la Sierra rural no solamente son pobres, sino que están dispersos en el territorio: en los distritos rurales, la mayoría de la población vive en centros poblados aislados (aproximadamente 79%). Ello influye en su limitado acceso a bienes y servicios tanto públicos (caminos rurales, electrificación rural, educación, etc.) como privados (asistencia técnica, crédito, aseguramiento, etc.) que reducen aún más sus posibilidades de desarrollo [...] es importante resaltar que los hogares más pobres de la Sierra rural, son justamente los que dependen exclusivamente de la actividad agropecuaria. Cambios sociales en el Perú 1968-2008 278 En 2007, según el Informe del INEI de 2008, los cinco departamentos de mayor pobreza total en el Perú fueron: Huancavelica (85,7%), Apurímac (69,5%), Puno (67,2%), Huánuco (64,9%) y Cajamarca (64,5%); coinciden- temente los de mayor población rural situados en forma predominante en el macizo andino. b) El analfabetismo Según el Informe 2006-2007 de la organización Oxfam, la elevada tasa de analfabetismo, la concentración de pobres en el ámbito rural y el aumento de la emigración al exterior constituyen los principales problemas que acechan el país. El informe denominado «Pobreza, desigualdad y desarrollo en el Perú» revela la existencia de dos millones de analfabetos en el país, la mayoría de los cuales tienen origen indígena, campesino y femenino. En el 2006, la Encuesta Nacional Continua (ENCO) indicaba que la tasa de analfabetismo en el sector rural fue de 21,4%, 16,7% más elevada que en el sector urbano. El recientemente publicado censo del 2007 establece que el analfabetismo pasó de 12,8% a 7,1%. Y que el 19,6% de la población rural censada no presenta ningún nivel de educación. Esto es: uno de cada cinco pobladores es analfabeto en el campo. Ambas permanencias, pobreza y analfabetismo, se influyen de manera recíproca, generando sinergias altamente negativas. Un verdadero círculo perverso para los pobladores rurales. El gobierno actual viene manejando un programa para reducir el número de analfabetos. 3. Población La tasa nacional de crecimiento de la población entre los años 1995-2000 fue de 2,9%. Para el periodo 2000-2005 se redujo al 1,6%, siendo inferior en el ámbito rural con 1%. Los resultados del Censo Nacional de 2007 indican que la tasa anual de crecimiento intercensal 1993-2007 fue de 1,6%, llevando a que la población total se sitúe en 28 220 764 habitantes. Ya en 2006, la población rural según la ENCO representaba solo el 25,8 % del total, vale decir, uno de cada cuatro peruanos vivía en ámbitos rurales. Tales cifras no hacen más que corroborar la ampliación de la brecha demográfica urbana rural, tendencia que para los próximos veinticinco años apunta a su profundización, en beneficio de la urbe como apreciamos en el gráfico 2. Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 279 Gráfico 2 Población urbana y rural: 1940-2008 En miles de habitantes 25 000 20 000 15 000 10 000 5000 0 1940 1961 1972 1981 1993 2005 Población urbana Población rural Gráfico 3 Perú: departamentos más y menos poblados (2007) En miles de habitantes Lima Piura La Libertad Cajamarca Puno Junín Cusco Arequipa Lambayeque Áncash 1676,3 1617,1 1387,8 1268,4 1232,6 1171,4 1152,3 1112,9 1063,5 8445,2 Tacna Pasco Tumbes Moquegua Madre de Dios 288,8 280,4 200,3 161,5 109,6 a) Migración Este fenómeno demográfico a escala planetaria cobra fuerza durante los últimos veinte años en el marco de la globalización. Se vincula; por un lado, con la concentración de riquezas y empleo en determinadas regiones y países del planeta Cambios sociales en el Perú 1968-2008 280 y, por otro lado, con la pobreza y exclusión que no ofrecen a sus habitantes oportunidades de mejora en sus condiciones de vida tanto en el campo como en la ciudad. Con relación a la migración interna, la ENCO señala que el 16,7% de los hogares en el Perú tuvieron en el año 2006 al menos una persona que emigró permanentemente a otra provincia, en el área rural el porcentaje sube al 25,6%, el doble del registrado en el área urbana (13,7%). Vale decir, existe una mayor movilidad geográfica de los pobladores rurales en relación con los urbanos. La migración temporal o definitiva deviene en una suerte de válvula de escape a la pobreza secular de importantes franjas de pobladores rurales. En un reciente artículo sobre la migración internacional en el Perú, Óscar Sandoval afirma que, entre 1990 y 2005, 1 655 850 peruanos migraron. El quinquenio 2001-2005 fue más intenso que los anteriores con un promedio de salidas anuales de 201 576 peruanos (2007, p. 117). Entre los lugares de destino de los migrantes a nivel nacional destacan: Lima, Arequipa, Huancayo, Tacna, Ucayali, San Martín, Madre de Dios y diversas ciudades intermedias. En el extranjero, sobresalen como lugares de destino Estados Unidos de América, España, Argentina, Chile, Italia, Japón, entre otros países. Aunque merece resaltarse que la migración a Europa parece crecer más que a los Estados Unidos. Respecto de las remesas de los peruanos en el extranjero, constituyen un fenómeno relativamente nuevo que asume rasgos sorprendentes tanto por la cantidad de personas y familias involucradas como por los ingentes montos comprometidos. El volumen monetario de remesas de peruanos en el extranjero en 2006 fue de 1500 millones de dólares, habiendo crecido casi el doble en tan solo cinco años. Por otro lado, cabe indicar que el 63,2% de hogares receptores pertenecen a los estratos C y D, de manera simplificada, a las clases medias y bajas. El 5,4% de los hogares receptores de remesas o con migración internacional se ubicaba en el área rural. Por otro lado, Lima y La Libertad destacan sobre el conjunto de departamentos con hogares receptores. Con la reciente caída del valor del dólar, las familias receptoras del campo y la ciudad están siendo afectadas en su capacidad adquisitiva y de inversión. 4. Lo económico: mercado, economía e infraestructura Al comenzar la década de los ochenta y más nítidamente durante los años noventa del siglo pasado, en medio de una aguda crisis económica —bajo el paraguas de las denominadas reformas estructurales estipuladas por el Consenso de Washington y con el patrocinio de los organismos internacionales— cobró Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 281 impulso un nuevo modelo de crecimiento capitalista en el país: el exportador que reemplaza al agotado y no culminado modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI). De esta forma, se liberalizan los mercados y el Estado reduce al mínimo su participación directa en la esfera productiva, restringiéndose a lo normativo y a tareas de promoción de la inversión privada nacional y extranjera. Este modelo se expande rápidamente en algunos sectores económicos como la minería, agricultura, comercio y comunicaciones, incentivados por el alza de los precios de las materias primas en los mercados internacionales y por las atractivas exoneraciones tributarias gubernamentales a las inversiones. En el presente, estamos frente a una definida política de Estado donde la consigna es exportar para crecer y desarrollarse. En efecto, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) tiene como meta para el 2011 que el Perú sea un país exportador con más del 36% del producto bruto interno (PBI) orientado a los mercados internacionales. Por su parte, el Acuerdo Nacional en su vigésimo segunda y tercera política de Estado menciona la modernización del agro, el apoyo a la agroindustria y el desarrollo de una política de comercio exterior. Con el correr de los años, el modelo neoliberal en lo económico se ha instalado de manera dominante en la agricultura de la costa. Aunque solo cubre el 10% de sus tierras; no obstante, en ellas se concentra lo más avanzado de las agroindustrias y la tecnología agraria actual. De unos pocos productos agrarios en los años ochenta, hoy la oferta agroexportadora se ha ampliado significativamente a más de treinta productos y a otras regiones. Esto por los incentivos del sistema generalizado de preferencias andino (SGPA) de la Unión Europea, las iniciativas de preferencias arancelarias andinas (ATPDEA) y la promesa de puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos; por las facilidades gubernamentales a nivel legal y económico otorgadas a los empresarios para concentrar e invertir en tierras con fines agrícolas. La expansión de las economías China, India y de otros países asiáticos ha contribuido al incremento de la demanda internacional de frutas y hortalizas nacionales. a) Crecimiento de los mercados agrarios Durante el periodo 2001-2006, se expanden los cuatro tipos de mercados existentes para los productores agrarios, destacando a todas luces el mercado externo con una tasa de crecimiento encima de 12,1, a diferencia de los mer- cados restringido e industrial que crecen a una magra tasa de 1,4 tal como apreciamos en el cuadro 2. Cambios sociales en el Perú 1968-2008 282 En 2006, la balanza comercial del país fue de 7958 millones de dólares, tres veces más que la de 2004; productos manufacturados, mineros y agrarios vendidos en el extranjero están detrás de ello. Asimismo, la balanza comercial agraria ha pasado a ser favorable en un tiempo relativamente corto debido al incremento de nuestras agroexportaciones, en particular las no tradicionales que desde comienzos de la década del noventa hasta el presente aumentaron a tasas por encima del 7% anual. La balanza comercial agraria en el periodo 2000-2006 tuvo dos fases, una negativa entre los años 2000-2002 y otra positiva entre los años 2003-2006. Esta última fase se caracterizó por su tendencia ascendente, superando en 2006 la barrera de los 1500 millones de dólares debido al mayor dinamismo de las exportaciones de café, frutas, hortalizas y colorantes. En cuanto a la balanza agrícola, el periodo 2000-2006 muestra un comportamiento positivo por el incremento sostenido de las exportaciones, las cuales experimentaron una variación de 190% al pasar de 408 a 1185 millones de dólares. Las importaciones agrícolas en el mencionado periodo también se incrementaron en 30% pasando de 335 a 507 millones de dólares, estando compuestas principalmente por cereales, trigo, maíz amarillo duro y arroz. Cuadro 2 Tasas de crecimiento del valor bruto de la producción agraria (VBP) Años Mercados Externo Urbano Restringido Industrial 1950-1959 1970-1976 1977-1981 1982-1985 1986-1990 4,0 4,5 1,7 3,5 1,2 0,5 -1,1 1,1 -2,8 -6,1 3,2 -1,3 6,3 8,2 -2,8 1991-1995 1996-2000 2001-2006 6,3 7,2 4,7 3,2 5,8 1,4 3,8 1,4 1,4 7,2 8,3 12,1 Fuente: Datos del Minag-DGIA Elaboración: AgroData-CEPES utilizando las categorías de análisis Hopkins y Figueroa A contracorriente de estos crecimientos, la participación de la agricultura en el PBI ha seguido declinando porcentualmente por el mayor peso de la minería y la manufactura. En 2007, el incremento del PBI agropecuario estuvo por debajo del promedio nacional. Empero, la agricultura persiste como la mayor fuente de empleo. Así, en el año 2006, la población económicamente activa agrícola representaba el 32% del total nacional, aunque en forma progresiva van ganando presencia otras actividades productivas. Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 283 b) Empresas agroindustriales Alrededor de las nuevas grandes propiedades viene configurándose una agroin- dustria muy diferente a la tradicional, integrada por molinos de arroz, fábricas de productos lácteos y de alimentos balanceados, cuyos productos se destinaban básicamente al mercado interno, con excepción parcial de aquellos salidos de las desmotadoras de algodón y los ingenios azucareros y dirigidos a los mercados externos. En 2006, había registradas en el Estado más de 4000 empresas exportadoras, de las cuales aproximadamente 500 eran agrarias, representando al 13% del total de empresas que realizan sus colocaciones en el mercado internacional. En julio de 2008, 6000 empresas exportan productos peruanos al extranjero. Gráfico 4 Exportaciones agrarias En millones de dólares M illo ne s d e dó lar es 1400 1200 1000 800 1009 600 400 200 93 276 112 141 157 226 275 323 346 297 340 472 302 406 394 437 323 282 550 501 589 195 255 238 247 0 249 208 216 206 311 323 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 Tradicional No tradicional Fuente: MINAG, PROMPEX El cuadro 3 ilustra quiénes son las principales empresas agrarias que trabajan con productos tradicionales y no tradicionales. Dentro del agro tradicional destacan; por un lado, las empresas azucareras que fueron adquiridas por inversionistas privados nacionales y extranjeros, luego de la liquidación de las cooperativas de producción; por otro lado, sobresalen empresas privadas y cooperativas exportadoras de café y cacao. Cambios sociales en el Perú 1968-2008 284 Cuadro 3 Las veinte principales empresas agrarias por sectores y valores de producción en $FOB año 2003 Fuente: Aduanas Elaboración: Adex (2003, p. 66) Enero-febrero 25 481 692 Enero-febrero 94 061 206 2003 % Empresa fob 2003 % Empresa fob 1 18,84 Louis Dreyfus Perú S. A. 4 801 913 1 4,76 El Pedregal S. A. 4 479 300 2 6,42 Complejo Agroindus- trial Cartavio S. A. A. 1 637 162 2 4,73 Trillium Agros del Perú S. A. 4 447 096 3 5,17 Perales Huanacruna S. A. C. 1 316 943 3 4,05 Sunshine Export S. A. C. 3 813 997 4 4,45 Cía. Internacional del Café S. A. C. 1 134 994 4 3,71 Camposol S. A. 3 489 674 5 4,42 Cent de Coop Agrar Cafet Cocla Ltda. 281 1 127 484 5 3,62 Agrowest S. A. 3 406 656 6 4,41 Agro Industrial Paramonga S. A. A. 1 123 301 6 3,55 Bounty Fresh Peru S. R. L. 3 340 623 7 4,31 Empresa Agroindus- trial Tuman S. A. 1 099 258 7 3,09 Agrícola Terela S. A. C. 2 908 548 8 4,21 Empresa Agroindus- trial Casa Grande S. A. 1 071 848 8 2,76 Kraft Foods Perú S. A. 2 592 633 9 3,94 Empresa Agroindus- trial Laredo S. A. A. 1 002 832 9 2,35 Alicorp S. A. 2 215 081 10 3,68 Cafetalera Amazónica S. A. C. 936 734 10 2,20 Agro Industrias Backus S. A. 2 071 479 11 3,00 Compañía Peruana del Azúcar S. A. C. 763 723 11 2,06 Damper Trujillo S. A. C. 1 936 828 12 2,89 Gonzales Quintanilla Jorge 735 158 12 1,87 Tabacalera Nacional S. A. A. 1 756 941 13 2,85 Inversiones y Servicios S. A. 725 550 13 1,67 IQF del Perú S. A. 1 572 724 14 2,82 Empresa Agraria Azucarera Andahuasi S. A. A. 718 782 14 1,55 Sociedad Agrícola Drokasa S. A. 1 458 410 15 2,35 Empresa Agroindus- trial Pomalca S. A. 598 582 15 1,47 FLP del Perú S. A. C. 1 386 214 16 2,24 Industria Peletar Artesanal S. A. C. 570 147 16 1,43 Athos S. A. 1 348 294 17 2,09 Mesias Inga Dimas Claudio 532 824 17 1,43 Complejo Agroindustrial Beta S. A. 1 340 660 18 2,04 Valdivia Canal Hugo 520 163 18 1,36 Empacadora de Frutos Tropicales S. A. C. 1 283 652 19 1,84 Comercio & Cía. S. A. 468 015 19 1,31 Tal S. A. 1 229 559 20 1,75 Industrial Pucala S. A. C. 445 475 20 1,17 Gloria S. A. 1 099 144 Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 285 En el denominado «agro no tradicional» sobresalen empresas pertenecientes a grandes grupos empresariales como el Grupo Gloria, Alicorp S. A., Drokasa, Agroindustrias Backus S. A. que exportan commodities exitosos como el espárrago, la páprika, el mango, la palta, la alcachofa, la uva, entre otras frutas y legumbres de alta cotización en el mercado internacional. Se trata de las exportaciones no tradicionales, cuyo valor para 2005 superaba los mil millones de dólares. Merece destacarse que la división de empresas de agro tradicional y agro no tradicional está volviéndose obsoleta en tanto varias de las empresas consideradas agro tradicional han sido reestructuradas y vienen destinando una proporción de sus tierras para cultivos de exportación. Se estima que en la nueva agroindustria exportadora trabajarían entre 80 000 y 100 000 obreros, permanentes y sobre todo estacionales. ¿Quiénes son? De acuerdo al estudio de la Universidad del Pacífico realizado el 2005 en Ica, el perfil del obrero agroindustrial se caracterizaba por su juventud (84% fluctúa entre 17 y 35 años) en su mayoría con escolaridad completa. A ello le debemos agregar su rostro femenino en medida importante. (Valcárcel, 2007, p. 6) Los asalariados agrícolas estacionales en La Libertad e Ica —los departamentos que más han destacado en la agroexportación— provienen en buena medida de las provincias andinas vecinas. Con relación al origen, número y experiencia de estos trabajadores, el ministro de Agricultura, Ismael Benavides, en mayo de 2008, declaraba: En solo tres años, la demanda de trabajadores en Ica, por ejemplo, ha pasado de 10 a 40 mil y esta está cubierta con campesinos de Huancavelica y Ayacucho, pero que su experiencia en el manejo de productos de exportación no es buena. En cuanto a las condiciones laborales en que se desenvuelven estos trabajadores, diversos estudios (Arias & Mejía, 2000; Fernández Maldonado, 2006; Miró Quesada & Moreno, 2006; Calisaya & Flores, 2006) llaman la atención sobre jornadas laborales prolongadas, la falta de seguridad en el trabajo, la carencia de algunos derechos (seguro social, vacaciones, compensación por tiempo de servicio (CTS)), en particular, sobre las mujeres en estado de gestación y los trabajadores eventuales. c) Producción agropecuaria En lo que va del presente milenio, se observa la recuperación de la producción de café y azúcar, tradicionales productos de exportación, aunque una parte menor es destinada al mercado interno. Cambios sociales en el Perú 1968-2008 286 La producción vacuna de carnes y leche también ha ido incrementándose en los últimos años como consecuencia del aumento de la demanda interna. Por otro lado, en relación con las transformaciones tecnológicas agrícolas en regiones y áreas determinadas del país, observamos que en la costa, como hemos señalado, destacan los valles de Ica y La Libertad con mejoras en los sistemas de riego, fertilización, almacenamiento, refrigeración, control de calidad, certificación y transporte. Apreciamos un dualismo tecnológico, que amplía las brechas de productividad entre productores regionales. La sierra, con excepción de algunos valles interandinos, permanece sin claras innovaciones. d) Sistema financiero Es bajo el nivel de presencia bancaria en la actividad agropecuaria (el finan- ciamiento solo representa el 5,6% del PBI del sector). Según el Ministerio de Agricultura, se requieren cerca de 4000 millones de dólares para financiar las actividades agrícolas a nivel nacional. De este total, el sistema bancario financia solo el 38%. El resto se cubre con préstamos de las entidades de desarrollo de la pequeña y microempresa (EDPYMES), cajas rurales, cajas municipales, coope- rativas de crédito, transportistas, comerciantes, usureros, etcétera. Cabe recordar que el Banco Agrario fue clausurado en 1992 junto con toda la banca de fomento del Estado dentro del marco del ajuste y reformas estructurales. En 2002, durante el mandato de Alejandro Toledo, el Banco Agropecuario comenzó a operar, lo cual generó gran expectativa en el sector respecto a sus alcances y beneficiarios. Cuadro 4 Créditos al sector agropecuario Institución 2006 Octubre de 2007 Porcentaje Banca comercial 1 206 273 1 523 803 26,3 Cajas municipales 115 391 143 343 24,2 Cajas rurales 138 125 148 562 7,6 EDPYME 34 733 51 979 49,7 Agrobanco 120 694 146 629 21,5 Total 1 615 216 2 014 316 24,7 Fuente: Agro Noticias, 327, 2008 Hoy funciona con el nombre de Agro Banco. La filosofía de este banco renovado se resume en dar al agricultor un primer impulso como capital de trabajo para que después se convierta en sujeto de crédito del sector financiero privado. Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 287 Fue creado como un banco de segundo piso, para trabajar con instituciones de intermediación financiera; utilizando las ventanillas del Banco de la Nación, con toda su infraestructura física y de servicios. Dispone de oficinas regionales en Piura, Tarapoto, Trujillo, Huancayo, Cañete, Arequipa y Cusco. Asiste a productores agropecuarios organizados en cadenas productivas que agrupan a pequeños agricultores y comercializadores. Los créditos que otorga están sujetos a supervisión para saber adónde van los recursos, cómo se usan y asegurar su retorno; además incluyen financiamiento de asistencia técnica para fomentar la productividad de los cultivos. Para 2008, el Ministerio de Agricultura previó destinar cerca de mil millones de nuevos soles en créditos, resultado del apalancamiento financiero de los diversos fondos de la alianza entre el gobierno central y regional, el Fondo de Reactivación Agraria y el Fondo Crediagro. e) Urbanización y servicios: agua, electricidad y comunicaciones Cabe acotar que el campo se está urbanizando en términos de equipamiento, aunque de manera más bien lenta y desigual por regiones; lo inverso también ocurre, la ruralización de las ciudades, aunque este fenómeno resulta menos visible. Organismos puntales de este proceso de urbanización del campo son los municipios (Caballero, 1992; Remy, 2007). Es destacable en el último tiempo el incremento de la población de origen rural asentada en pequeñas localidades y ciudades intermedias, lo que facilita el acceso a diversos servicios. De esta manera, si bien se ha avanzado en la instalación de la red pública de agua a domicilio, solo el 27% de las viviendas rurales tiene acceso a este recurso, por lo que es urgente ampliar más la cobertura dadas sus múltiples implicancias en la alimentación y salud de los pobladores rurales. Cuadro 5 Evolución del estado de la red vial nacional Red Vial Total km Bueno Regular Malo Año 1990 1995 1990 1995 1990 1995 1990 1995 Asfaltadas 5740 6096 1394 4077 1985 1232 2361 787 Afirmadas 6958 6843 489 925 3928 4687 2541 1231 Sin afirmar 2994 3574 0 0 992 1785 2002 1789 Total 15 692 16 513 1833 5002 6905 7704 6904 3807 % 100 100 12 30 44 47 44 23 Fuente: Ministerio de Transportes y Comunicaciones, 1995. Tomado de Remy (2007) Cambios sociales en el Perú 1968-2008 288 En relación con la electrificación de los pueblos hay progresos; no obstante, en el presente, siete millones de peruanos habitantes del campo y la ciudad carecen de electricidad. Según Juan Valdivia, ministro de Energía y Minas durante el segundo gobierno de Alan García, se completó el abastecimiento de energía a 1437 poblados entre 2006 y 2008. Siendo objetivo de su portafolio superar los 6000 centros poblados al finalizar los cinco años de gobierno aprista, para incorporar de esta manera a dos millones de peruanos al servicio eléctrico (El Comercio, B5, 27 de mayo de 2008). Como consecuencia de las inversiones estatales en el primer lustro de la década del noventa, la red vial nacional tuvo una mejoría en su estado de conservación, tal como apreciamos a continuación. Algunos impactos cualitativos con respecto a la infraestructura vial en las zonas rurales por efecto de la expansión vial son señalados por María Isabel Remy (2007, p. 2) cuando escribe: El Programa de Caminos Rurales (PCR) del Ministerio de Transportes y Comunicaciones se inserta en estos nuevos procesos demográficos, sociales, económicos y culturales; en esta nueva construcción de los espacios en el país, dinamizándolos al viabilizar nuevas relaciones y nuevas vivencias campo-ciudad, acortando distancias físicas y culturales entre estos ámbitos renovados y los acto- res que en ellos se desenvuelven. Efectivamente, una evaluación detallada del Programa Caminos Rurales realizada en 2005 permitió ilustrar el mejoramiento de las condiciones de transporte (una reducción del 68% del tiempo de viaje) pero también el impacto en términos de acceso a escuelas (un 8% en registro de alumnos) y a centros de salud (un aumento de 55% en el número de visitas), así como mejoras en las condiciones de producción (la superficie de los terrenos para la agricultura aumentó un 16%) y sobre los ingresos de los hogares rurales (los ingresos de actividad agrícola aumentaron un 20%). Actualmente hay dos megaproyectos viales en marcha: la Interoceánica Sur y la Interoceánica Norte que unirán por tierra la cuenca del Atlántico con la del Pacífico y cuyos efectos se percibirán con claridad en los próximos años. La ampliación de caminos y carreteras rurales ha contribuido a la urbanización del campo, sin desconocer la precariedad de este proceso en múltiples distritos y aspectos como servicios de agua y luz eléctrica restringidos por horas del día. Pero también los caminos, al favorecer la emigración, propiciaron la ruralización de las ciudades, en particular en lo cultural al trasladar fiestas, música, comidas, hábitos, etcétera. Cabe agregar a lo señalado que hoy existen más vínculos entre los espacios rurales y urbanos por lo que algunos analistas denominan a estos puntos de contacto y transacción «espacios rururbanos». Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 289 5. En lo político En relación con los cambios políticos, destacamos tres procesos: regionalización, municipalización y pacificación incompleta. Las políticas agrarias han estado mayormente supeditadas, por un lado, a la hegemónica política macroeconómica acorde con el modelo neoliberal y, por otro, al apoyo a la reconstrucción de una clase empresarial que dirija la modernización del agro peruano como afirma el sociólogo Fernando Eguren (2004, p. 28), relegando en esta estrategia a la pequeña producción agropecuaria a un segundo plano. La orientación de las políticas gubernamentales, señalamos en la introducción de este ensayo, va atada al modelo económico exportador. Nuevos programas estatales como Sierra Exportadora5, y acuerdos como el TLC con los Estados Unidos6, Canadá, Singapur y otros, se inscriben en la línea que ve hacia fuera la solución a los problemas de crecimiento de nuestra economía. Mientras los gremios agrarios aglutinados alrededor de la Convención Nacional del Agro Peruano (CONVEAGRO) plantean más bien un «TLC hacia adentro». El actual gobierno aprista persigue aún más la privatización de tierras, agua y otros recursos comunales e indígenas, y su expresión legal, el decreto legislativo 994 —que desconoce la propiedad de las comunidades campesinas al imponer la inscripción en los registros públicos de sus títulos, lo cual no es obligatorio según nuestra legislación— y el decreto legislativo de mayo de 2008 por el cual se reduce el número de votos requeridos para que las comunidades campesinas y nativas decidan vender o alquilar sus tierras. a) Regionalización En 2002, durante el gobierno de Toledo, fue promulgada la Ley de bases de la descentralización 27783 y la Ley orgánica de gobiernos regionales, que norma la estructura, organización, competencias y funciones de los gobiernos regionales. Con esta medida se promueve la expansión de prácticas democráticas a través de la participación popular en las elecciones regionales. Empero: [...] la participación enfrenta también problemas relativos a la desigualdad. Sabemos que van a estar en desventaja: las mujeres, especialmente si son pobres, los campesinos de las comunidades más excluidas. (Grompone, 2004) La construcción de ciudadanía avanza a pasos lentos y de manera heterogénea en el campo. Las zonas de mayor pobreza y exclusión son proclives a la reproducción de relaciones de peonaje y servidumbre, antítesis de las prácticas 5 Anteriormente hubo el Plan Sierra. 6 Su puesta en marcha comenzó en el 2009. Cambios sociales en el Perú 1968-2008 290 ciudadanas, como ocurre en la selva entre algunos grupos nativos y extractores de madera (Bedoya y otros, 2007). b) Municipalización Se constatan mayores responsabilidades otorgadas por el gobierno central a los municipios en los sectores de salud, educación, transporte, impuestos y, en general, en tareas vinculadas al desarrollo. Varios concejos ediles rurales cuentan con apreciables recursos económicos provenientes del canon, sobrecanon y regalías mineras así como recursos del Fondo de Compensación Municipal (FONCOMUN)7. Así los distritos de la sierra rural pasaron de recibir algo más de 1200 millones de soles en 2004, a alrededor de 1900 millones en 2006. Los municipios rurales enfrentan un problema de escala y escasa infraestructura. Estas entidades abarcan en promedio 5700 habitantes que se encuentran dispersos y poco conectados; por ejemplo, tan solo el 21% de los distritos de la sierra rural llegan a más de 8000 habitantes. Si bien los municipios rurales tienen cinco computadoras en promedio, tan solo el 18% de estos se encuentra conectado a internet. Estas cifras ponen en evidencia las carencias tanto de capital humano, como en el acceso a la infraestructura necesaria para la gestión municipal (De los Ríos, p. 2008). Coincidimos con este autor cuando escribe a continuación que: Un elemento característico de estos gobiernos municipales es su escasa articula- ción con instancias superiores de gobierno que permita que se generen energías y visiones comunes de desarrollo. La ausencia de un plan de desarrollo nacional limita las posibilidades de articular esfuerzos en las distintas instancias de gobierno, al no tener un referente común con prioridades establecidas. En suma, los gobiernos locales enfrentan la paradoja de disponer de recursos financieros pero de poca capacidad de gasto y coordinación con entidades externas. c) Pacificación incompleta La paz interna era ya una realidad a mediados de los noventa que contribuía a la reactivación económica y social de los pueblos rurales, favoreciendo el retorno de centenares de desplazados, salvo en determinadas zonas de la Amazonía y los 7 Cabe mencionar que el FONCOMUN es un fondo establecido en la Constitución Política del Perú, que tiene la finalidad de asegurar el funcionamiento de las municipalidades del país, con un criterio redistributivo en favor de las zonas más alejadas y deprimidas, priorizando la asignación a las localidades rurales y urbano-marginales. Los recursos que se distribuyen por el FONCOMUN están determinados principalmente por la recaudación del impuesto de promoción municipal. Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 291 Andes centrales donde se mantuvieron y continúan actuando hasta ahora pequeños remanentes de grupos subversivos senderistas vinculados al narcotráfico como ocurre en el valle del río Apurímac Ene (VRAE) y en el valle del Huallaga. En este último operaría la columna armada del denominado «camarada Artemio». El diario El Comercio señalaba el 2 de mayo de 2008 la existencia de ocho provincias del país en las que se prorrogó el estado de emergencia y, con ello, la suspensión de las garantías constitucionales por existir focos subversivos operativos o latentes. 6. En lo social a) Organizaciones El último Censo Agropecuario de 1994 mostraba varios tipos de organizaciones con presencia en el campo peruano que aglutinaban en conjunto a más de 600 000 productores agropecuarios. En el presente, observamos un moderado cambio en el mapa institucional expresado en la desaparición o debilitamiento de algunos grupos e instituciones como la Organización Nacional Agraria (ONA), en contraposición con la emergencia y/o consolidación de formas de organización social ya existentes. Entre estas últimas destaca, por un lado, el liderazgo de la Convención Nacional del Agro Peruano (CONVEAGRO), foro pluralista de análisis, evaluación técnica y concertación democrática, que no tiene funciones gremiales ni político-partidarias, en ella participan 58 organizaciones de productores agrarios y de profesionales agrarios, así como entidades técnico-científicas, de investigación rural, prensa agraria y otras organizaciones afines interesadas en el debate y esclarecimiento de la situación agraria nacional. Por otro lado, sobresale el rol relevante de la Junta Nacional de Usuarios de los Distritos de Riego del Perú (JNUDRP) como instancia de presión política de los pequeños y medianos agricultores8. Asimismo, el surgimiento de la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú (CONPACCP) que demanda el empadronamiento nacional de cocaleros, el cese de las erradicaciones de los cultivos de hoja de coca, una política responsable ante el incremento del precio de la canasta básica, y una ley sobre la hoja de coca. Continúan perfilándose en el campo las organizaciones de mujeres aglutinadas en clubes de madres, comedores populares, en las asociaciones de padres 8 La JNUDRP representa a 1 600 000 productores agrarios de las tres regiones del país, agrupados en 1488 comisiones de regantes que, a su vez, están representados en 110 juntas de usuarios. A decir de sus directivos, es el gremio de gremios. Cambios sociales en el Perú 1968-2008 292 de familia (APAFA), en comités pro determinados servicios en beneficio de sus comunidades, en municipios, proyectos de desarrollo pero aún a bastante distancia de la participación y representación masculina (Diez, 1997). En los últimos años, ha predominado que las organizaciones no gubernamentales (ONG) ruralistas apoyen la creación de unidades empresariales y/o fomenten asociaciones entre los pequeños productores, dentro de la lógica de lograr rentabilidad y acumular para dejar atrás las condiciones de pobreza. En el campo, ello ha significado asumir el discurso optimista de las posibilidades que tienen los productores agrarios —a través de las cadenas agroindustriales y de los nuevos productos de exportación no tradicional— de integrarse exitosamente al mercado internacional. La Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI), en 2003, registró 955 ONG aunque no precisaba cuántas actuaban en el campo. Asimismo, dio cuenta de 81 entidades e instituciones de cooperación técnica internacional constituidas en el extranjero (ENIEX). Para 2008, se estima que 150 ONG trabajan en proyectos agropecuarios9. Igualmente, se aprecia la creación de nuevas asociaciones como la Asociación de Productores Ecológicos, la Asociación de Productores de Café Orgánico, la Asociación de Productores de Azúcar y Biocombustibles (APPAB), etcétera. Por parte del Estado, con el apoyo de organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO, por sus silgas en inglés), da un fuerte impulso a las cadenas productivas, preferentemente por línea de productos, a lo largo y ancho del territorio nacional. Se piensa romper de esta manera el aislamiento individual de los pequeños agricultores y lograr coordinadamente reducir los costos de transacción para alcanzar economías de escala. Algunas de las múltiples cadenas productivas que hoy operan en el país son la cadena de maíz amarillo duro, en el valle de Huaura; la cadena productiva de algodón orgánico en el valle de Cañete; la cadena productiva de menestras en Ucayali; la cadena productiva de alcachofa en el valle del Mantaro; la cadena productiva de mango en Piura y la cadena productiva de café orgánico en la selva central. Igualmente, los organismos estatales validan programas sociales como JUNTOS y CRECER antes que programas de desarrollo en las zonas rurales, con algunas excepciones como el Proyecto Manejo de Recursos Naturales en la Sierra Sur (MARENASS) y el Programa de Apoyo a las Alianzas Rurales y Productivas de la Sierra (ALIADOS), creado el 17 de julio de 2008, y que se ejecutará con la cooperación financiera del Banco Mundial. 9 Carlos Pando, Director Ejecutivo de APCI, comunicación personal. Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 293 b) Conflictos Asistimos en el campo peruano a la emergencia de conflictos y movimientos sociales con características territoriales y ambientales, entre nativos amazónicos (ashuares) enfrentados a empresas madereras y petroleras (PLUSPETROL); entre localidades y pueblos rurales de la costa y sierra con empresas mineras transna- cionales, como fue el caso del pueblo de Tambogrande en Piura con la empresa canadiense Manhattan, la británica BHP Billiton S. A. con el pueblo de la provin- cia de Espinar en Cusco. Las comunidades campesinas Yanta y Segundo y Cajas con Río Blanco Copper (antes Majaz), empresa minera hoy de propiedad china. En el agro de la costa, los conflictos sociales han estado enmarcados sobre todo en las luchas de los trabajadores agrícolas de las nuevas agroindustrias por el derecho a la sindicalización, mejores salarios y condiciones laborales y de salud (ISAT, 2005; Fernández Maldonado, 2006; Calisaya & Flores, 2006; Flores Mego & Vásquez, 2008). c) Coca, movimiento cocalero y narcotráfico En nuestro anterior ensayo, «Sociedad rural 1950-1994», escribimos que a lo largo de los años ochenta en la selva del valle del Huallaga, por acción de los campesinos migrantes andinos, el cultivo de la coca iba superando en hectáreas al café, arroz y maíz amarillo duro. A comienzos del primer lustro de la década de 2000, asistimos a un peligroso desborde territorial de producción de coca con fines ilícitos y, consiguientemente, de bandas organizadas de narcotraficantes con control de gentes y espacios en diversas localidades de la Amazonía. Al respecto, Pien Metaal (2005, p. 12) ha señalado que: Según datos de la ONU, los cultivos de uso ilícito se incrementaron en el Perú, en un 14% en 2004. En el Alto Huallaga el incremento llegó a ser de 24%. Pero más preocupante que este aumento en sí mismo es que la mitad de los nuevos cultivos —52%— se encuentran en ‘otros lugares’ fuera de las zonas tradicionalmente cono- cidas como de cultivo, lo que implica que se ha producido una intensa dispersión y más desplazamientos, muchas veces hacia zonas ambientalmente vulnerables. Por su parte, el economista Hugo Cabieses y otros (2005, p. 35), expertos en el tema de la coca, sostienen: En el 2002 existirían 18 mil cultivadores de coca cuya producción la destinan a fines legales: 8 mil registradores en ENACO y 10 mil no registrados; los cultiva- dores de coca cuya producción tiene destinos ilegales serían 37 mil según las cifras de la CNC, 52 mil si usamos la información de la UNOODC y 72 mil con la Cambios sociales en el Perú 1968-2008 294 información de los estudiosos y la ENACO. Habría pues entre un mínimo de 55 mil y un máximo de 90 mil productores de coca en el país; se estima que la región de la selva alta tiene 300 mil productores agropecuarios, lo que quiere decir que los cocaleros propiamente serían entre el 20 y 30% del total. Los principales valles cocaleros en la selva central son: Alto Huallaga, Huallaga central y Bajo Huallaga, Aguaitía, Monzón, Pachitea-Apurímac-Ene. La Convención y Lares en el Cusco, Sandia y San Juan del Oro en Puno. Los productores cocaleros se hallan hoy organizados local y regionalmente, así han conformado, como ya señalamos, la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú (CONPACCP). En 2006, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONNUD) calculó la existencia de 51 400 hectáreas de hoja de coca en el país, un incremento del 7% en relación con el año anterior. Para 2007 habría aumentado aproximadamente otro 7%. En nuestro territorio, se producen 52 700 toneladas de coca por año, de las cuales alrededor de 7500 son de uso lícito para el consumo básicamente de campesinos de las comunidades andinas y las restantes toneladas para la elaboración de cocaína, cuya venta genera alrededor de 2000 millones de dólares anuales, de los cuales el 5% se queda en los países productores y el 95% se lo distribuyen los intermediarios y las mafias de narcotraficantes establecidas en los países ricos, consumidores de esta droga. Resulta pertinente agregar que en los últimos años el narcotráfico adquirió otras características, por un lado, el reemplazo de los carteles colombianos por los carteles peruanos y mexicanos en algunas zonas, o nuevas alianzas entre ellos. Asimismo, que el consumo de drogas se ha incrementado en la mayoría de las ciudades de América Latina agravando la seguridad interna y la salud pública. En suma, constatamos la inoperancia de la política antidroga diseñada en los Estados Unidos de América e implementada en nuestro país por diversos gobiernos durante los últimos treinta años. Esta se ha mostrado incapaz de reducir, menos acabar, con el flagelo del narcotráfico. Donde el peso de la estrategia no se concentra por el lado de la demanda, es decir, los consumidores, los intermediarios y el crimen organizado en los países ricos altamente consumidores de cocaína, sino en los pequeños productores de coca de la Amazonía peruana, colombiana y boliviana. 7. En lo cultural Aquí solo pretendemos mostrar el peso creciente que tienen los medios de co- municación, el turismo y el avance de iglesias cristianas entre los pobladores del campo, propiciando cambios importantes en las identidades e ideologías. Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 295 a) Medios de comunicación Es notoria la expansión de los sistemas de comunicación en las zonas rurales en los últimos años: radio, televisión, cine, locutorio, teléfonos fijos y celulares, ca- binas de internet, prensa escrita (periódicos y revistas). La radio continúa siendo el medio más usado entre los moradores del campo, en parte por su menor costo, menor dificultad de transporte, y por su facilidad de uso empleando electricidad, baterías o pilas. En cuanto a la telefonía móvil, esta cubre al 72,5% de los 1833 distritos del Perú. Existen 16,9 millones de líneas en servicio y, según Osiptel, a fines de 2008 habrían llegado a 20 millones. Incluso ciudades con baja penetración como Huancavelica, Madre de Dios, Apurímac y Pasco registran tasas elevadas de crecimiento de nuevas líneas de telefonía: 17%, 15%, 18% y 14%, respectivamente. Y se espera que sigan creciendo a esas tasas (El Comercio, 16 de mayo de 2008). Esta expansión mediática contribuye a las transacciones comerciales y a transformar mentalidades, representaciones e imaginarios de las poblaciones rurales y sus tradicionales estilos de vida; el sistema educativo, los turistas y los emigrantes de retorno y las nuevas iglesias aportan su cuota en tales transformaciones culturales. Las tecnologías de información y comunicación (TIC), por un lado, empoderan a la población, pero, por otro, pueden fortalecer las diferencias sociales (Bossio, 2002). b) Religiosidad Se aprecia en el campo la expansión de las iglesias cristianas no católicas tales como adventistas, evangélicas, pentecostales, entre otras, con impactos en lo político, ético y normativo sobre las poblaciones feligreses. A este fenómeno, el antropólogo y religioso Dominique Motte (2001) lo denomina la revolución invisible. Y el historiador Wilfredo Kapsoli (1994), en referencia a los pentecostales, los llama guerreros de la oración, quienes operan en áreas rurales, urbanas y, sobre todo, urbano-marginales. Los grupos religiosos «cristianos no católicos» representaban el 4,5% de la población del Perú, según el Censo Nacional de 1981; doce años después, según el Censo Nacional de Población de 1993, subieron al 7%. En el último censo la cifra se duplicó, llegando al 12,5%. En 2006, la ENCO presentó un gráfico sobre esta realidad, el cual indica un crecimiento significativo de los peruanos cristianos no católicos, quienes aquel año llegaban al 19% de la población creyente en el área rural. Cambios sociales en el Perú 1968-2008 296 ¿Qué implicancias específicas tienen en la vida cotidiana y trabajo de las familias campesinas estos cambios en la religiosidad? Por ejemplo, las ventajas y oportunidades logradas por medio de la membresía de ciertas Iglesias. Un tema que los antropólogos vienen estudiando. c) El turismo El Perú, según el INRENA, posee 7,2 millones de hectáreas con potencial para el desarrollo turístico, distribuidas en más de 25 áreas naturales protegidas. Recientemente, el turismo internacional hacia nuestro país creció en visitantes, zonas y actividades conexas. En 2006, hubo 1 634 573 llegadas de turistas extran- jeros, lo cual equivale a un crecimiento del 10% respecto a 2005. La proyección estimada del Ministerio de Comercio y Turismo (MINCETUR) para 2007 fue de 10% de incremento, es decir, alrededor de 1 800 000 llegadas por fronteras y aeropuertos. Turismo ecológico, vivencial, cultural, de aventura, entre otras modali- dades, vienen aumentando su presencia en las localidades rurales generando nuevos empleos, ocupaciones e ingresos a sus pobladores, así han proliferado hoteles, alber- gues, hostales, restaurantes, circuitos de transporte, centros artesanales, con efectos diversos en lo económico, cultural y ambiental que es necesario conocer y apoyar. 8. Síntesis y conclusión En los últimos quince años, la población peruana ha continuado aumentando aunque a ritmos menores, habiendo superado la barrera de los 28 millones de habitantes. El peso urbano sigue marcando la pauta del crecimiento demográfico en nuestro país y en general en el mundo. No pocas provincias rurales se han vaciado de pobladores, otras crecen lentamente, el saldo se inclina a favor de las ciudades; sin embargo, estas tendencias generales hay que verlas por regiones, dada la diversidad de matices que presentan. Uno de cada cuatro peruanos vive actualmente en ámbitos rurales. La cifra corrobora la ampliación de la brecha demográfica entre el mundo urbano y el rural, siendo una tendencia que para los próximos veinticinco años apunta a su profundización en beneficio de las ciudades intermedias y las futuras megalópolis. Hoy la migración interna es mayor en las áreas rurales y está asociada a legítimas aspiraciones de movilidad social de los pobladores del campo. Por su parte, la migración internacional, que ha alcanzado proporciones elevadas, se da sobre todo en los residentes en las áreas urbanas. El crecimiento de la gente implica siempre una mayor presión sobre los recursos naturales, los que han ido reduciéndose y disminuyendo su calidad. Perú: perfil de los cambios y permanencias en la sociedad rural (1995-2008) / Marcel Valcárcel 297 Algo se ha hecho desde el Estado para contrarrestar este fenómeno, pero el balance continúa siendo adverso. La deforestación, la pérdida de suelos, la contaminación de las aguas terminaron imponiéndose. El medio ambiente, el piso material sobre el cual se construye la sociedad y se sientan las bases de los procesos productivos en el campo ha sufrido cambios en cuanto a la magnitud y calidad de los recursos. Preocupa sobremanera el cambio climático y los problemas de escasez de agua y sus secuelas que ya se están presentando y amenazan con agravarse en el mediano plazo. Emerge como la punta de un iceberg el deshielo de los glaciales y con ello la pérdida de la fuente de energía hidroeléctrica. Por otro lado, dentro de los cambios sustantivos en el panorama agrario a partir de los años noventa destaca la ampliación y profundización del modelo económico neoliberal que cristaliza con nitidez relaciones capitalistas en el campo costeño y expande el mercado interno, emergiendo de estos procesos nuevos grupos sociales, como los asalariados y ejecutivos de las agroindustrias exportadoras en expansión. La política agraria de los tres últimos gobiernos ha estado subordinada al modelo exportador y fomenta la consolidación de las élites empresariales tradicionales y emergentes. La tenencia de la tierra viene modificándose con el aval e impulso del Estado, consolidando nuevas propiedades de gran tamaño hoy en franco proceso de modernización en medio de un archipiélago de minifundios. Simultáneamente, avanzó la titulación de las propiedades de pequeños y medianos agricultores. Es notorio el crecimiento espectacular de la agroindustria y las exportaciones no tradicionales, ampliándose el número de empresas en particular en la costa. En la sierra, la minería viene generando riqueza pero una parte menor queda en las localidades de esta región, paralelamente esta actividad constituye una de las mayores fuentes de contaminación ambiental y una de las principales causas de los conflictos sociales actuales en el campo. En la selva, el cultivo de la coca sigue siendo un tema central. Dentro de las permanencias en el agro, sin duda la producción de coca para la elaboración de cocaína y el narcotráfico son de las más visibles y conflictivas por sus secuelas negativas. Se ha comprobado el fracaso de las políticas de erradicación de los cultivos ilícitos de coca y del narcotráfico. Vinculados a estos fenómenos sobreviven sin ninguna brújula política pequeños grupos armados en la selva central. Por otro lado, el tejido institucional ha cambiado moderadamente y se amplía con nuevas organizaciones sociales. La Junta Nacional de Usuarios de Riego y la Convención del Agro han devenido los organismos más relevantes de los agricultores en sus mediaciones con otras instancias privadas y estatales. Cambios sociales en el Perú 1968-2008 298 Los municipios rurales a pesar de sus limitaciones en infraestructura van adquiriendo un peso significativo en lo político y en el desarrollo local, contando como en ningún momento de su historia con apreciables recursos económicos. Era esperable que se presentaran serios problemas por la mayor asignación de funciones y recursos a los gobiernos locales, así como por las dificultades en la gestión e inversión dada la inexperiencia y ausencia de cuadros técnicos calificados. La regionalización en lenta marcha está generando cambios político-administrativos, a través de diversos mecanismos como el presupuesto participativo, proceso que es necesario conocer a cabalidad. A nivel cultural, hemos destacado cómo en lo religioso prosigue el lento crecimiento de los cristianos no católicos en el campo, no exento de tensiones en su disputa por ganar feligreses y espacios sociales. Asimismo, destaca la sorprendente expansión de los medios de comunicación como la radio, la televisión, las cabinas de internet, con efectos diversos a nivel de mentalidades, valores y consumo tanto en el campo como en la ciudad. Se avanza en la integración económica, física y en una cierta homogeneidad cultural en el país. Sin mucho ruido, por otro lado, el turismo se está convirtiendo en una actividad que brinda ocupación e ingresos complementarios a centenares de familias del campo. Fenómeno poco trascendente en décadas pasadas y que hoy muestra realidades y enormes potenciales, dada la riqueza arqueológica, natural y cultural de las diversas regiones. Referencias bibliográficas Agencia Peruana de Cooperación Internacional (2004). Situación y tendencias de la cooperación internacional en el Perú. Lima: Agencia Peruana de Cooperación Internacional. Arias, Custodio & Julio Mejía (2000). Globalización, agroindustria y trabajo femenino. La producción de espárrago en el valle de Ica. Federación Provincial de Mujeres de Ica. Manuscrito inédito. Bedoya, Eduardo y otros (2007). El peonaje por deudas en la tala ilegal de madera en la amazonía peruana. Debate Agrario, 42, 1-30. Bossio, Fernando (2002). Flujos de información en áreas rurales: el caso de Combayo Cajamarca. En Manuel Pulgar-Vidal, Eduardo Zegarra, Jaime Urrutia (Eds.), Perú: el problema agrario en debate/ SEPIA IX (pp. 662-688). Lima: Seminario Permanente de Investigación Agraria. Caballero, Víctor (1992). 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